San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

viernes, 30 de septiembre de 2022

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”

 


“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”, le dice Jesús a Santa Margarita en una de sus apariciones.

¿Qué significan estas palabras? “Ingratitud”: es el desagradecido, el que no agradece el favor que se le hizo.

“Indiferencia”: a la persona no le importa que algo o alguien esté en algún lugar determinado o que haya hecho algo a su favor.

En los dos casos, se aplica a los cristianos católicos, tanto seglares como religiosos y se refieren a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y a su Presencia sacramental, en Persona, en la Eucaristía.

Esta ingratitud e indiferencia se puede constatar a lo largo y ancho del planeta y abarca a toda la Iglesia Católica, en todo el planeta. Los católicos son ingratos e indiferentes para con Jesús, porque o no valoran o no les importa lo que Jesús hizo por todos y cada uno de nosotros. ¿Qué hizo Jesús? Dio su vida en la Cruz, para quitarnos el pecado original, para librarnos del Demonio, para concedernos la gracia de la filiación divina, todo a través de su Sangre Preciosísima, vehículo del Espíritu Santo. Además, ideó el Sacramento de la Eucaristía, por el cual cumple su palabra de quedarse con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, además de concedernos su vida divina cuando lo recibimos en gracia, anticipándonos la vida eterna del Reino de los cielos.

Pero nada de esto parece importarles a la gran mayoría de los católicos, niños y adultos, jóvenes y ancianos, seglares y religiosos, que prefieren los atractivos mundanos antes que acudir a recibir en gracia, previo paso por la Confesión Sacramental, al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, que late, vivo, glorioso y resucitado, en el Santísimo Sacramento del Altar.

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”. Para no ser ingratos e indiferentes, debemos meditar en el peligro del cual Jesús nos libró, el Infierno y debemos meditar en su Sagrada Pasión y en su Presencia Personal en la Sagrada Eucaristía.

jueves, 22 de septiembre de 2022

La Eucaristía, autopista al Cielo


 


         El Beato Carlo Acutis tiene una frase muy conocida: “La Eucaristía es la autopista al Cielo”. ¿Por qué decía esto Carlo Acutis? Lo que podemos ver es que el joven beato había descubierto la Eucaristía y que estaba fascinado por la Eucaristía, a tal punto, que se puso a investigar, por medio de la red y a través de la computadora, los milagros eucarísticos. A tal punto estaba fascinado por la Eucaristía, que Carlo diseñó una exposición virtual de milagros eucarísticos ocurridos a lo largo y ancho del mundo y en distintas épocas de la Iglesia. De hecho, en la actualidad, el sitio se puede visitar y es el siguiente: http://www.miracolieucaristici.org/es/Liste/list.html

         En el sitio diseñado por Carlo Acutis no sólo se puede apreciar la destreza y la pericia informática y tecnológica del beato, sino que además se puede apreciar la gran cantidad de milagros eucarísticos que el beato recopiló. El sitio se llama “Los Milagros Eucarísticos en el mundo” y según se describe allí, se puede acceder a ciento sesenta y tres milagros eucarísticos ocurridos a lo largo de la historia de la Iglesia y en diversos países y cada milagro está documentado con su historia y con fotografías[1].

         Podemos decir que Carlo Acutis se sentía particularmente atraído por la Eucaristía y por eso hizo esta exposición virtual, utilizando la tecnología disponible en ese momento y que sigue estando a disposición de todos. Con su exposición virtual y con su fascinación por la Eucaristía, el Beato nos enseña de esta manera no solamente a usar “bien” la tecnología, sino que nos enseña algo mucho más profundo y es que la Eucaristía no es una “cosa”, sino “Alguien” y ese “Alguien” es Cristo Jesús, que está presente, en Persona, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía. Carlo Acutis sabía que la Eucaristía parece un poco de pan, pero que no es un trozo de pan, sino una Persona, Jesús de Nazareth, Quien dijo de Sí mismo: “Nadie va al Padre sino es por Mí”. Esto explica la frase de Carlo Acutis: “La Eucaristía es la autopista al Cielo”, porque nos está diciendo que la Eucaristía es el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, único camino para llegar a Dios Padre. Carlo Acutis quería ir al Cielo, sabía que después de esta vida no se termina la vida sino que comienza la vida eterna y él quería ir a la vida eterna en el Reino de los cielos y esta es la razón por la cual estaba fascinado por la Eucaristía y decía que era “la autopista para ir al Cielo”.

         A la frase de Carlo Acutis le podemos agregar lo siguiente: al Cielo se puede ir por la fe, por las obras de misericordia corporales y espirituales y por el amor, pero por la Eucaristía podemos decir que ya vivimos, de forma anticipada, en el Cielo, y todavía mucho más, porque la Eucaristía es algo infinitamente más grande que el Cielo mismo, porque la Eucaristía es el Rey del Cielo, Cristo Jesús.



[1] EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DISEÑADA Y CREADA
POR EL SIERVO DE DIOS CARLO ACUTISCarlo Acutis. El creador de la Exposición Los Milagros Eucarísticos en el Mundo. Con una amplia variedad de fotografías y descripciones históricas, la exposición presenta parte de los Milagros Eucarísticos principales (cerca de 163 paneles) que ocurrieron a lo largo de los siglos en varios países del mundo y que han sido reconocidos por la Iglesia. Por medio de los paneles “es posible visitar virtualmente” los lugares donde ocurrieron los Milagros. La exposición ya ha visitado más de 500 parroquias en Italia y más de 10.000 parroquias en otros países y ha sido traducida en varios idiomas. Si su parroquia o su organización desea acoger la Exposición Internacional de Los Milagros Eucarísticos del Mundo o si usted quiere más información por favor póngase en contacto con: Associazione Amici di Carlo AcutisTel: 0039.474094968info@carloacutis.com - www.carloacutis.cominfo@miracolieucaristici.org - www.miracolieucaristici.org

 

El Padre Pío y el verdadero alivio del sufrimiento

 



         Dentro de todas las innumerables virtudes del Padre Pío, se encuentran su compasión por quienes se encuentran afligidos por diversas enfermedades. A tal punto llegó su compasión, que no se quedó cruzado de brazos, sino que comenzó una campaña para recolectar dinero para poder fundar un hospital destinado a los que padecen todo tipo de enfermedades, hospital al cual llamó: “Casa alivio del sufrimiento”. En la actualidad, el hospital fundado por el Padre Pío es uno de los mejores de Italia y del mundo.

         Pero hay un designio del Padre Pío en el nombre del hospital y es que en el nombre se indica cuál es el verdadero alivio que el Padre Pío quería para sus enfermos. Aunque pueda parecernos extraño, el Padre Pío quería que los enfermos se curaran y así se vieran aliviados, pero no era ese el principal deseo del Padre Pío, porque él buscaba otro alivio, mucho más profundo, para los enfermos, que la simple curación de sus enfermedades y era la curación del alma por la gracia santificante de Cristo y su santificación por medio de la participación en la Pasión y Muerte en cruz de Cristo. Ése era el verdadero alivio que buscaba el Padre Pío para los enfermos: no tanto que se curasen de sus enfermedades del cuerpo, sino ante todo que fueran curados en el alma por la gracia santificante de Nuestro Señor Jesucristo, gracia que brota de su Corazón traspasado y que se comunica por medio de los sacramentos.

Y es el mismo Padre Pío quien nos muestra cuál es el verdadero alivio del sufrimiento y nos lo muestra con sus llagas: el verdadero alivio no es la curación de la enfermedad, sino la unión con Cristo crucificado. Cuando el alma se une a Cristo en la cruz, es ahí cuando experimenta un alivio en su sufrimiento, no porque su enfermedad sea curada milagrosamente, sino porque al unirse a Cristo por el sufrimiento, es Cristo Quien toma ese sufrimiento como si fuera propio y lo convierte, con su santidad y su poder divino, en una fuente de santificación, para el alma que sufre y para todos aquellos por quienes esa alma ofrece su sufrimiento. Al recordarlo en su día, le pidamos al Padre Pío que nos enseñe a apreciar y desear unirnos a Cristo crucificado, para así obtener alivio para nuestras almas y las de nuestros seres queridos.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Las 12 promesas que nuestro Señor dejó a los devotos de su Sagrado Corazón

 



          El Sagrado Corazón de Jesús le dejó a Santa Margarita Doce Promesas para quienes sean sus devotos[1]. Estas promesas son:

1-“Daré a las almas devotas, todas las gracias necesarias para su estado de vida”. Cada persona, según su estado de vida -niño, joven, soltero, casado, religioso, laico-, tiene necesidad de la gracia santificante de Jesucristo para poder vivir según lo que Dios nos pide; el Sagrado Corazón nos promete gracias adicionales y extraordinarias, que nos permitirán vivir todavía con más amor y con más fortaleza el camino que nos conduce al Cielo.

2-“Voy a establecer la paz en sus hogares”. La paz que nos concede Jesús es la verdadera paz, la paz del espíritu, según sus palabras: “La paz os dejo, mi paz os doy”. Esta paz nos la concede todavía con más abundancia, aun en medio de las tribulaciones, para todo aquel que sea su devoto.

3-“Voy a consolarlos en todas sus aflicciones”. Jesús promete darnos su consuelo en nuestras aflicciones, que nunca faltan en esta vida; no promete que las aflicciones desaparecerán, sino que Él nos dará el consuelo del Amor de su Sagrado Corazón, para que seamos capaces de sobrellevarlas según la voluntad de Dios.

4-“Voy a ser su refugio seguro en la vida, y sobre todo en la hora de la muerte”. El Sagrado Corazón nos promete su asistencia tanto en la vida, como en la muerte. En Él podemos encontrar todo lo que necesitamos, la protección, la fuerza, la paz, la alegría y cualquier clase de don y de virtud necesarias para nuestra salvación. Y en el momento de la muerte, nos consolará con su Presencia misericordiosa, acompañado del Inmaculado Corazón de María, para alejar al Demonio y para calmar las angustias de la muerte.

5-“Voy a conceder abundantes bendiciones sobre todo a sus empresas temporales y espirituales”. En la vida cotidiana, emprendemos muchas tareas que dependen de nuestro deber de estado; muchas de ellas no se pueden concretar porque confiamos en nuestras fuerzas, dejando de lado a Jesús. Precisamente Jesús nos promete concedernos sus gracias para que todo aquello que emprendamos, si es su voluntad, llegue a buen término. Esto no quiere decir que se cumplan todos nuestros deseos, sino que simplemente Él nos ayudará en todo aquello que nos sirva para alcanzar la vida eterna.

6-“Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia”. Todos somos pecadores y la tarea de la conversión es de todo el día, todos los días. Seremos pecadores hasta el último suspiro de nuestra vida terrena y en este sentido, la promesa del Sagrado Corazón es que encontraremos en su Sagrado Corazón el océano infinito de Amor y de Misericordia divinos que necesitamos, precisamente por ser pecadores.

7-“Las almas tibias se harán fervorosas”. Esto es así porque el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús está envuelto en las llamas del Divino Amor; al recibirlo en la Sagrada Eucaristía, Él nos comunicará del fuego de su amor, permitiéndonos salir de nuestra tibieza y así nuestros corazones arderán como brasas incandescentes en el Amor de Dios.

8-“Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección”. Si un alma es ya fervorosa, si ya es piadosa, si ama a Jesucristo en la Eucaristía, al recibirlo en la Sagrada Comunión y al honrar su imagen de Sagrado Corazón, el alma se verá cada vez más encendida en el Amor de Dios y lo amará cada vez más, hasta no desear otra cosa que al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.

9-“Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi Sagrado Corazón”. Las imágenes nos recuerdan permanentemente a la realidad que representan, es por esta razón que, el exponer y venerar a la imagen del Sagrado Corazón en nuestras casas, nos ayuda para adorar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que todo devoto suyo debe llevar impresa en su corazón.

10-“Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos”. Quienes procuren la difusión de la devoción al Sagrado Corazón, quienes se esfuercen por hacer conocer esta devoción, recibirán el don, de parte del Sagrado Corazón, de ablandar aun a los corazones más endurecidos y reacios al Amor de Dios.

11-“Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados”. Esta promesa está dirigida especialmente para los que se preocupen por difundir la devoción al Sagrado Corazón: Él mismo inscribirá sus nombres en su Sagrado Corazón y nunca nadie los borrará de ahí, permaneciendo sus nombres y sus almas por toda la eternidad en la morada gloriosa del Sagrado Corazón de Jesús.

12-“A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final”. La perseverancia final en la Santa Fe Católica y la realización de las obras de misericordia, son gracias que debemos pedir todos los días de nuestras vidas, porque son necesarias para nuestra eterna salvación. El Sagrado Corazón nos promete que nos concederá esta gracia tan importante para nuestra eterna salvación, si comulgamos -por supuesto que en estado de gracia- los primeros nueve meses consecutivos de mes, con el deseo de unir nuestros corazones a su Sagrado Corazón Eucarístico.