San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

viernes, 11 de noviembre de 2022

Santo Domingo de Guzmán y el poder admirable del Santo Rosario, según San Luis María Grignon de Montfort


 

Tenía Santo Domingo de Guzmán un primo llamado Don Pérez o Don  Pedro ,que llevaba una vida muy disoluta . Oyó éste que el Santo predicaba las maravillas del Rosario y que muchos se convertían y cambiaban de vida por este medio y se dijo :" Había perdido la esperanza de salvarme .Pero empiezo a recobrar la confianza . ¡ Es preciso que acuda a escuchar a este hombre de Dios !".

Asistió, pues ,un día al sermón del Santo .Quien ,al verlo, redobló su ardor en atacar los vicios y rogó a Dios fervorosamente que abriese los ojos de su primo y le hiciera conocer el estado miserable de su alma .

Don Pérez se asustó, desde luego ,pero no se decidió a convertirse . Volvió sin embargo,a la predicación del Santo.  Cuando éste lo vio ,comprendiendo que este corazón endurecido no se convertiría sino ante un golpe extraordinario , gritó en voz alta :" Señor Jesucristo, haz ver a todo este auditorio el estado en que se halla la persona que acaba de entrar a tu templo!!"

Toda la concurrencia vio entonces a Don Pérez rodeado de una multitud de demonios en figura de bestias espantosas, que lo tenían atado con cadenas de hierro.  Lleno de espanto huyeron todos desordenadamente ,con inmensa confusión de Don Pérez,  aterrado y avergonzado al verse convertido en objeto de horror para todo el mundo.  Santo Domingo hizo que se detuvieran y dijo a Don Pérez:" Reconoce, infeliz ,el deplorable estado en que se encuentra tu alma y arrójate a los pies de la Santísima  Virgen!¡ Toma este Rosario ! ¡ Rézalo con devoción y arrepentimiento de tus pecados y resuélvete  a cambiar de vida !

Don Pérez se puso de rodillas , rezó el Rosario y se sintió impulsado a confesarse . Lo que hizo con gran contrición. 

El Santo le ordenó rezar todos los días el Rosario 

Prometió él hacerlo y se inscribió en la cofradía.  Su rostro ,que había asustado a todos,  parecía tan brillante como el de un ángel, cuando salió de la Iglesia . Perseveró en la devoción del Rosario ,llevó una vida ordenada y murió dichosamente.

San Luis María Grignon de Montfort

El Secreto admirable del Santísimo Rosario

jueves, 3 de noviembre de 2022

El Sagrado Corazón de Jesús nos aparta del camino de condenación al cual nos quiere conducir Satanás

 



En la Segunda Revelación del Sagrado Corazón, llevada a cabo el día 2 de julio de 1674, Fiesta de la Visitación, Jesús le reveló a Santa Margarita María Alacoque uno de los principales objetivos de la devoción al Sagrado Corazón, que es apartar a los hombres del camino a la condenación eterna en el Infierno al cual quiere llevarlos Satanás, para que los hombres, por medio del Sagrado Corazón, salven sus almas y lleguen al Cielo[1].

La Santa describe así la Segunda Aparición: “El Divino Corazón me fue presentado en un trono de llamas, más resplandeciente que un sol, transparente como el cristal, con esta adorable herida. Y estaba rodeado con una corona de espinas, que significa las heridas provocadas en su Corazón por nuestros pecados, y una cruz arriba que significa que (estos dolores estuvieron presentes en Él) desde el primer instante de Su Encarnación”. Aquí el Sagrado Corazón le explica a Santa Margarita el significado de los elementos de su Sagrado Corazón: la transparencia es la gracia santificante, la corona de espinas son nuestros pecados, la cruz significa que para alcanzar al Sagrado Corazón debemos subir a la Cruz de Jesús.

Pero luego continúa la santa: “Mi Divino Maestro me reveló que era Su ardiente deseo de ser conocido, amado y honrado por los hombres, y Su ansioso deseo de apartarlos del camino de la perdición, por el cual Satanás los está conduciendo en innumerables números, lo que lo indujo manifestar Su Corazón a los hombres con todos los tesoros de amor, misericordia, gracia, santificación y salvación que Él cntiene”. El Sagrado Corazón quiere darse a conocer a los hombres para que los hombres lo amen y lo adoren, por un lado, porque ése es el objetivo del hombre en la tierra, conocer, amar y servir a Dios y así salvar su alma, como dice San Ignacio, pero además, el otro objetivo del Sagrado Corazón, es “apartar a los hombres del camino de perdición por el cual Satanás” los está conduciendo “en gran número”. Es decir, la devoción al Sagrado Corazón, al llevarnos por el Camino de la Cruz, que conduce al Cielo, nos previene de ser conducidos por el camino de Satanás, ancho y en pendiente, que conduce a la eterna perdición. Este camino se puede ver que se presenta hoy, sobre todo en los medios de comunicación, aunque también dentro de la misma iglesia, bajo diferentes formas: el aborto, la eutanasia, la ideología de género, el feminismo ateo y abortista, la ideología homosexualista, conocida como “ideología LGBT”, y dentro de la Iglesia, el camino de Satanás es presentado por los católicos apóstatas que niegan el pecado y niegan la eterna condenación en el Infierno, aduciendo falsamente que Dios, en su infinita misericordia, no puede condenar a nadie eternamente en el Infierno, con lo cual contradicen directamente las palabras de Nuestro Señor Jesucristo.

La devoción al Sagrado Corazón, que está vivo, latiendo, glorioso y resucitado en la Eucaristía, nos previene entonces de caer en el lago del fuego, el Infierno eterno, además de conducirnos al Reino de los cielos.

sábado, 15 de octubre de 2022

Santa Teresa de Ávila y Jesús, el Amigo Fiel

 



         En la Sagrada Escritura se dice que “quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro”. Y también en la Sagrada Escritura, se nos dice quién es ese tesoro que podemos encontrar: ese tesoro es Jesús, porque Él nos ofrece su amistad. En la Última Cena, Jesús nos dice: “Ya no os llamo siervos, sino amigos”. Santa Teresa de Ávila, habiendo leído la Sagrada Escritura, aceptó el amor de amistad que le ofrecía Jesús y así tuvo a Jesús por su Amigo Fiel, el Amigo que nunca abandona. Ella dice así: “Con tan buen amigo presente -nuestro Señor Jesucristo-, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero[1].

         Dice Santa Teresa de Ávila que Jesús es “Amigo verdadero”, que “nunca falla” y que nos “ayuda y nos da fuerzas” y que con Él “todo se puede sufrir”.

         También nos dice la Santa que no debemos buscar otro camino que no sea Jesús; que Él es la única puerta por la que debemos entrar -al Reino de los cielos- y que a través de Él obtendremos todos los bienes espirituales que necesitamos para salvar el alma[2].

         También dice la Santa que es bienaventurado, es decir, feliz, dichoso, quien encuentra la amistad de Jesús, quien acepta la amistad que Jesús le ofrece y pone todo de su parte para permanecer en la amistad de Cristo, que a nosotros se nos ofrece sobre todo por la fe, por el amor y por los sacramentos, la Confesión y la Sagrada Eucaristía y que los grandes santos de la Iglesia han tenido siempre por Amigo Fiel a Nuestro Señor Jesucristo.

         Por último, la Santa dice que, así como Cristo obró en nosotros nuestra salvación por amor y solo por amor, a ese amor de Cristo le debemos corresponder con el amor, como dice el dicho: “Amor, con amor se paga”. Y así, con el Amor de Cristo Eucaristía en el corazón, todo será fácil, aun las tribulaciones y las cruces, porque Él las sufrirá por nosotros.

         “Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro”, dice la Escritura. Nuestro tesoro es Cristo Eucaristía y ahí nos ofrece Jesús su Amor de amistad. Recibamos a Jesús en la Eucaristía, con un corazón purificado por el Sacramento de la Confesión y Jesús será nuestro Amigo Fiel, nuestro tesoro más valioso, para toda la vida.



[1] Libro de su vida, cap. 22, 6-7. 12. 14.

[2] Cfr. ibidem.

viernes, 30 de septiembre de 2022

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”

 


“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”, le dice Jesús a Santa Margarita en una de sus apariciones.

¿Qué significan estas palabras? “Ingratitud”: es el desagradecido, el que no agradece el favor que se le hizo.

“Indiferencia”: a la persona no le importa que algo o alguien esté en algún lugar determinado o que haya hecho algo a su favor.

En los dos casos, se aplica a los cristianos católicos, tanto seglares como religiosos y se refieren a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y a su Presencia sacramental, en Persona, en la Eucaristía.

Esta ingratitud e indiferencia se puede constatar a lo largo y ancho del planeta y abarca a toda la Iglesia Católica, en todo el planeta. Los católicos son ingratos e indiferentes para con Jesús, porque o no valoran o no les importa lo que Jesús hizo por todos y cada uno de nosotros. ¿Qué hizo Jesús? Dio su vida en la Cruz, para quitarnos el pecado original, para librarnos del Demonio, para concedernos la gracia de la filiación divina, todo a través de su Sangre Preciosísima, vehículo del Espíritu Santo. Además, ideó el Sacramento de la Eucaristía, por el cual cumple su palabra de quedarse con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, además de concedernos su vida divina cuando lo recibimos en gracia, anticipándonos la vida eterna del Reino de los cielos.

Pero nada de esto parece importarles a la gran mayoría de los católicos, niños y adultos, jóvenes y ancianos, seglares y religiosos, que prefieren los atractivos mundanos antes que acudir a recibir en gracia, previo paso por la Confesión Sacramental, al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, que late, vivo, glorioso y resucitado, en el Santísimo Sacramento del Altar.

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y solo ha recibido de ellos ingratitud e indiferencia”. Para no ser ingratos e indiferentes, debemos meditar en el peligro del cual Jesús nos libró, el Infierno y debemos meditar en su Sagrada Pasión y en su Presencia Personal en la Sagrada Eucaristía.

jueves, 22 de septiembre de 2022

La Eucaristía, autopista al Cielo


 


         El Beato Carlo Acutis tiene una frase muy conocida: “La Eucaristía es la autopista al Cielo”. ¿Por qué decía esto Carlo Acutis? Lo que podemos ver es que el joven beato había descubierto la Eucaristía y que estaba fascinado por la Eucaristía, a tal punto, que se puso a investigar, por medio de la red y a través de la computadora, los milagros eucarísticos. A tal punto estaba fascinado por la Eucaristía, que Carlo diseñó una exposición virtual de milagros eucarísticos ocurridos a lo largo y ancho del mundo y en distintas épocas de la Iglesia. De hecho, en la actualidad, el sitio se puede visitar y es el siguiente: http://www.miracolieucaristici.org/es/Liste/list.html

         En el sitio diseñado por Carlo Acutis no sólo se puede apreciar la destreza y la pericia informática y tecnológica del beato, sino que además se puede apreciar la gran cantidad de milagros eucarísticos que el beato recopiló. El sitio se llama “Los Milagros Eucarísticos en el mundo” y según se describe allí, se puede acceder a ciento sesenta y tres milagros eucarísticos ocurridos a lo largo de la historia de la Iglesia y en diversos países y cada milagro está documentado con su historia y con fotografías[1].

         Podemos decir que Carlo Acutis se sentía particularmente atraído por la Eucaristía y por eso hizo esta exposición virtual, utilizando la tecnología disponible en ese momento y que sigue estando a disposición de todos. Con su exposición virtual y con su fascinación por la Eucaristía, el Beato nos enseña de esta manera no solamente a usar “bien” la tecnología, sino que nos enseña algo mucho más profundo y es que la Eucaristía no es una “cosa”, sino “Alguien” y ese “Alguien” es Cristo Jesús, que está presente, en Persona, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía. Carlo Acutis sabía que la Eucaristía parece un poco de pan, pero que no es un trozo de pan, sino una Persona, Jesús de Nazareth, Quien dijo de Sí mismo: “Nadie va al Padre sino es por Mí”. Esto explica la frase de Carlo Acutis: “La Eucaristía es la autopista al Cielo”, porque nos está diciendo que la Eucaristía es el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, único camino para llegar a Dios Padre. Carlo Acutis quería ir al Cielo, sabía que después de esta vida no se termina la vida sino que comienza la vida eterna y él quería ir a la vida eterna en el Reino de los cielos y esta es la razón por la cual estaba fascinado por la Eucaristía y decía que era “la autopista para ir al Cielo”.

         A la frase de Carlo Acutis le podemos agregar lo siguiente: al Cielo se puede ir por la fe, por las obras de misericordia corporales y espirituales y por el amor, pero por la Eucaristía podemos decir que ya vivimos, de forma anticipada, en el Cielo, y todavía mucho más, porque la Eucaristía es algo infinitamente más grande que el Cielo mismo, porque la Eucaristía es el Rey del Cielo, Cristo Jesús.



[1] EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DISEÑADA Y CREADA
POR EL SIERVO DE DIOS CARLO ACUTISCarlo Acutis. El creador de la Exposición Los Milagros Eucarísticos en el Mundo. Con una amplia variedad de fotografías y descripciones históricas, la exposición presenta parte de los Milagros Eucarísticos principales (cerca de 163 paneles) que ocurrieron a lo largo de los siglos en varios países del mundo y que han sido reconocidos por la Iglesia. Por medio de los paneles “es posible visitar virtualmente” los lugares donde ocurrieron los Milagros. La exposición ya ha visitado más de 500 parroquias en Italia y más de 10.000 parroquias en otros países y ha sido traducida en varios idiomas. Si su parroquia o su organización desea acoger la Exposición Internacional de Los Milagros Eucarísticos del Mundo o si usted quiere más información por favor póngase en contacto con: Associazione Amici di Carlo AcutisTel: 0039.474094968info@carloacutis.com - www.carloacutis.cominfo@miracolieucaristici.org - www.miracolieucaristici.org

 

El Padre Pío y el verdadero alivio del sufrimiento

 



         Dentro de todas las innumerables virtudes del Padre Pío, se encuentran su compasión por quienes se encuentran afligidos por diversas enfermedades. A tal punto llegó su compasión, que no se quedó cruzado de brazos, sino que comenzó una campaña para recolectar dinero para poder fundar un hospital destinado a los que padecen todo tipo de enfermedades, hospital al cual llamó: “Casa alivio del sufrimiento”. En la actualidad, el hospital fundado por el Padre Pío es uno de los mejores de Italia y del mundo.

         Pero hay un designio del Padre Pío en el nombre del hospital y es que en el nombre se indica cuál es el verdadero alivio que el Padre Pío quería para sus enfermos. Aunque pueda parecernos extraño, el Padre Pío quería que los enfermos se curaran y así se vieran aliviados, pero no era ese el principal deseo del Padre Pío, porque él buscaba otro alivio, mucho más profundo, para los enfermos, que la simple curación de sus enfermedades y era la curación del alma por la gracia santificante de Cristo y su santificación por medio de la participación en la Pasión y Muerte en cruz de Cristo. Ése era el verdadero alivio que buscaba el Padre Pío para los enfermos: no tanto que se curasen de sus enfermedades del cuerpo, sino ante todo que fueran curados en el alma por la gracia santificante de Nuestro Señor Jesucristo, gracia que brota de su Corazón traspasado y que se comunica por medio de los sacramentos.

Y es el mismo Padre Pío quien nos muestra cuál es el verdadero alivio del sufrimiento y nos lo muestra con sus llagas: el verdadero alivio no es la curación de la enfermedad, sino la unión con Cristo crucificado. Cuando el alma se une a Cristo en la cruz, es ahí cuando experimenta un alivio en su sufrimiento, no porque su enfermedad sea curada milagrosamente, sino porque al unirse a Cristo por el sufrimiento, es Cristo Quien toma ese sufrimiento como si fuera propio y lo convierte, con su santidad y su poder divino, en una fuente de santificación, para el alma que sufre y para todos aquellos por quienes esa alma ofrece su sufrimiento. Al recordarlo en su día, le pidamos al Padre Pío que nos enseñe a apreciar y desear unirnos a Cristo crucificado, para así obtener alivio para nuestras almas y las de nuestros seres queridos.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Las 12 promesas que nuestro Señor dejó a los devotos de su Sagrado Corazón

 



          El Sagrado Corazón de Jesús le dejó a Santa Margarita Doce Promesas para quienes sean sus devotos[1]. Estas promesas son:

1-“Daré a las almas devotas, todas las gracias necesarias para su estado de vida”. Cada persona, según su estado de vida -niño, joven, soltero, casado, religioso, laico-, tiene necesidad de la gracia santificante de Jesucristo para poder vivir según lo que Dios nos pide; el Sagrado Corazón nos promete gracias adicionales y extraordinarias, que nos permitirán vivir todavía con más amor y con más fortaleza el camino que nos conduce al Cielo.

2-“Voy a establecer la paz en sus hogares”. La paz que nos concede Jesús es la verdadera paz, la paz del espíritu, según sus palabras: “La paz os dejo, mi paz os doy”. Esta paz nos la concede todavía con más abundancia, aun en medio de las tribulaciones, para todo aquel que sea su devoto.

3-“Voy a consolarlos en todas sus aflicciones”. Jesús promete darnos su consuelo en nuestras aflicciones, que nunca faltan en esta vida; no promete que las aflicciones desaparecerán, sino que Él nos dará el consuelo del Amor de su Sagrado Corazón, para que seamos capaces de sobrellevarlas según la voluntad de Dios.

4-“Voy a ser su refugio seguro en la vida, y sobre todo en la hora de la muerte”. El Sagrado Corazón nos promete su asistencia tanto en la vida, como en la muerte. En Él podemos encontrar todo lo que necesitamos, la protección, la fuerza, la paz, la alegría y cualquier clase de don y de virtud necesarias para nuestra salvación. Y en el momento de la muerte, nos consolará con su Presencia misericordiosa, acompañado del Inmaculado Corazón de María, para alejar al Demonio y para calmar las angustias de la muerte.

5-“Voy a conceder abundantes bendiciones sobre todo a sus empresas temporales y espirituales”. En la vida cotidiana, emprendemos muchas tareas que dependen de nuestro deber de estado; muchas de ellas no se pueden concretar porque confiamos en nuestras fuerzas, dejando de lado a Jesús. Precisamente Jesús nos promete concedernos sus gracias para que todo aquello que emprendamos, si es su voluntad, llegue a buen término. Esto no quiere decir que se cumplan todos nuestros deseos, sino que simplemente Él nos ayudará en todo aquello que nos sirva para alcanzar la vida eterna.

6-“Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia”. Todos somos pecadores y la tarea de la conversión es de todo el día, todos los días. Seremos pecadores hasta el último suspiro de nuestra vida terrena y en este sentido, la promesa del Sagrado Corazón es que encontraremos en su Sagrado Corazón el océano infinito de Amor y de Misericordia divinos que necesitamos, precisamente por ser pecadores.

7-“Las almas tibias se harán fervorosas”. Esto es así porque el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús está envuelto en las llamas del Divino Amor; al recibirlo en la Sagrada Eucaristía, Él nos comunicará del fuego de su amor, permitiéndonos salir de nuestra tibieza y así nuestros corazones arderán como brasas incandescentes en el Amor de Dios.

8-“Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección”. Si un alma es ya fervorosa, si ya es piadosa, si ama a Jesucristo en la Eucaristía, al recibirlo en la Sagrada Comunión y al honrar su imagen de Sagrado Corazón, el alma se verá cada vez más encendida en el Amor de Dios y lo amará cada vez más, hasta no desear otra cosa que al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.

9-“Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi Sagrado Corazón”. Las imágenes nos recuerdan permanentemente a la realidad que representan, es por esta razón que, el exponer y venerar a la imagen del Sagrado Corazón en nuestras casas, nos ayuda para adorar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que todo devoto suyo debe llevar impresa en su corazón.

10-“Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos”. Quienes procuren la difusión de la devoción al Sagrado Corazón, quienes se esfuercen por hacer conocer esta devoción, recibirán el don, de parte del Sagrado Corazón, de ablandar aun a los corazones más endurecidos y reacios al Amor de Dios.

11-“Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados”. Esta promesa está dirigida especialmente para los que se preocupen por difundir la devoción al Sagrado Corazón: Él mismo inscribirá sus nombres en su Sagrado Corazón y nunca nadie los borrará de ahí, permaneciendo sus nombres y sus almas por toda la eternidad en la morada gloriosa del Sagrado Corazón de Jesús.

12-“A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final”. La perseverancia final en la Santa Fe Católica y la realización de las obras de misericordia, son gracias que debemos pedir todos los días de nuestras vidas, porque son necesarias para nuestra eterna salvación. El Sagrado Corazón nos promete que nos concederá esta gracia tan importante para nuestra eterna salvación, si comulgamos -por supuesto que en estado de gracia- los primeros nueve meses consecutivos de mes, con el deseo de unir nuestros corazones a su Sagrado Corazón Eucarístico.

 

lunes, 8 de agosto de 2022

Santo Domingo de Guzmán y el Santo Rosario

 



El Santo Rosario, la oración compuesta por cinco decenas de Avemarías, cinco Padrenuestros y cinco Glorias y por medio de la cual se meditan los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, le fue enseñado a Santo Domingo de Guzmán por la Madre de  Dios en Persona, en el año 1208. Además de enseñarle a rezarlo, la Santísima Virgen le dijo a Santo Domingo de Guzmán que utilizara esta oración como una poderosa arma espiritual contra los enemigos de la Santa Fe Católica[1].

Santo Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albigense, un sistema de creencias en directa contradicción con los dogmas católicos. En efecto, según esta herejía, existen dos dioses, uno del bien y otro del mal; el bueno creó todo lo espiritual, mientras que el malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albigenses, todo lo material es malo y así el cuerpo humano, por ejemplo, al ser material, es malo y esto contradice directamente a la Fe Católica, que enseña que el Creador de la materia y del espíritu –del espíritu humano y del espíritu angélico- es Dios y, en cuanto tales, en cuanto creaturas de Dios, son buenos, puesto que Dios, siendo infinita bondad, no puede crear nada malo. Otra consecuencia que se sigue de esta herejía albigense es en relación a Nuestro Señor Jesucristo: puesto que tuvo un cuerpo, según esta herejía, Jesús no es Dios.

Los sectarios albigenses también negaban los sacramentos y la verdad de que María Santísima es Virgen y es la Madre de Dios; también se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años diversos Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. El último en ser enviado con esta misión fue Santo Domingo de Guzmán, quien trabajó por años en medio de estos herejes, aunque muy pocos de estos se convirtieron, a pesar de su predicación, sus oraciones y sacrificios. Como parte de su misión evangelizadora, Santo Domingo fundó una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas y su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Precisamente, fue en esta capilla en donde Santo Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada. En respuesta a su pedido, la Santísima Virgen se le apareció en la capilla; en su mano sostenía un Rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Luego le dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y se obtendrían abundantes gracias. A partir de esta aparición de la Madre de Dios, Santo Domingo comenzó la difusión del rezo del Santo Rosario, obteniendo enormes frutos apostólicos, puesto que numerosos albigenses se convirtieron, renegaron de su herejía y volvieron a la Fe Católica.

Poco después, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos), los cuales, con gran celo predicaban y evangelizaban. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen. Desde entonces, el rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos y cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció al Beato Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción; también le dijo la Virgen que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario, además de reiterarle las promesas dadas a Santo Domingo referentes al rosario. El Santo Rosario es la oración predilecta de la Santísima Virgen porque cada Avemaría es una rosa espiritual que le regalamos como hijos suyos; además, meditamos en los misterios salvíficos de la vida de su Hijo Jesús y, como si fuera poco, obtenemos todas las gracias que necesitamos para la salvación eterna de nuestras almas y las de nuestros seres queridos.

 

viernes, 5 de agosto de 2022

El Sagrado Corazón y la Devoción del Primer Viernes

 



         En la Tercera Revelación, ocurrida en el mes de julio de 1674[1], el Sagrado Corazón se le apareció a Santa Margarita María de Alacquoque y la santa lo relata así: “Un día, arrodillada ante el Santísimo sacramento expuesto en el altar… Jesucristo, mi dulce Maestro, se me presentó, todo resplandeciente de gloria, con sus cinco llagas resplandeciendo como tantos soles. De todas partes de Su Sagrada Humanidad brotaban llamas pero especialmente de Su adorable pecho, que era como un horno. Abriéndolo, me mostró Su corazón amoroso y adorable como la fuente viva de esas llamas. Luego me reveló todas las maravillas indecibles de su amor puro y el exceso de amor que había concebido para los hombres de quienes no había recibido más que ingratitud y desprecio. Entonces Jesús le dijo: “Esto es más penoso para Mí, que todo lo que soporté en mi Pasión. Si tan solo me devolvieran algo de amor, no consideraría todo lo que he hecho por ellos, y haría aún más si fuera posible. Pero sólo tienen frialdad y desprecio por todos Mis esfuerzos por hacerles el bien. Tú, al menos, puedes darme la felicidad de compensar su ingratitud, tanto como puedas”. Jesús se queja ante Santa Margarita por la frialdad y la indiferencia que recibe de parte de los bautizados, por quienes Él entregó su Vida en la Cruz y donó su Amor en Pentecostés. En vez de adorarlo en el Santísimo Sacramento del altar, la Sagrada Eucaristía, los católicos prefieren sus propios intereses y diversiones, dejándolo a Jesús solo en el sagrario y en el altar, porque casi nadie viene a Misa los Domingos y mucho menos a adorarlo en la Sagrada Eucaristía. Luego Jesús le dijo qué es lo que debía hacer Santa Margarita para apaciguar su dolor y es el adorarlo a Él todas las veces que pueda y recibirlo en la Sagrada Comunión el primer viernes de cada mes: Primero, debes recibirme en el Santísimo Sacramento tan a menudo como la obediencia lo permita, sin importar qué mortificación o humillación pueda implicar. Además, recibiréis la Sagrada Comunión el primer viernes de cada mes y todas las noches entre el jueves y el viernes os haré partícipes de ese dolor de muerte que tuve la voluntad de sufrir en el Huerto de los Olivos. Este dolor te reducirá, sin que sepas cómo, a una especie de agonía más amarga que la muerte. Para unirte a Mí en la humilde oración que entonces ofrecí a Mi Padre celestial en agonía, debes levantarte entre las once y las doce y permanecer conmigo de rodillas durante una hora, con el rostro en tierra, para apaciguar la ira de mi Padre Eterno, y pedirle perdón por los pecadores. Así compartirás conmigo, y de alguna manera aliviarás el amargo dolor que sufrí cuando mis discípulos me abandonaron y me vi obligado a reprocharles que no podían velar conmigo ni siquiera por una hora. Durante esa hora debes hacer lo que yo te enseñaré”. Notemos que Jesús la llama a una intensa unión de amor en la Eucaristía, pero no le promete que su vida será un colchón de rosas, sino que la hará partícipe del dolor y de la amargura que Él padeció por amor a todos y cada uno de nosotros. Todos los católicos debemos, en consecuencia, pedir la gracia de unirnos a la Pasión de Amor del Sagrado Corazón, para así aliviar sus dolores, amarguras y sufrimientos.

 

jueves, 4 de agosto de 2022

El Santo Cura de Ars y el Camino al Cielo

 



         Una vez que se ordenó sacerdote, enviaron a San Juan María Vianney al pueblo de Ars. Antes de llegar, estaba un poco desorientado, porque no conocía el lugar. Entonces encontró a un niño y el Cura de Ars le dijo: “Enséñame el camino al pueblo y yo te enseñaré el camino al Cielo”. Guiado por el niño, el Cura de Ars llegó al pueblo y allí comenzó su fecunda labor sacerdotal, que santificó centenares de miles de almas.

         El encuentro con el niño y la respuesta que le dio el Cura de Ars, que puede tomarse como una simple anécdota en su vida, resume la misión del sacerdote y del párroco: enseñar el camino al Cielo a las almas a las que Dios, por medio de la Iglesia, le ha encomendado. Ahora bien, el “camino al Cielo” no es una mera frase; es un camino real, es el Camino Real de la Cruz, el Via Crucis. Este camino, el único que conduce al Cielo, es un camino áspero, difícil, estrecho; es en subida y además, quien lo recorra debe tomar su cruz de cada día y seguir a Jesús, que va delante del Camino, señalando la dirección correcta. Así como alguien puede llegar a destino si lee las indicaciones de los carteles del camino, así se puede saber si se está en el Camino de la Cruz si se siguen las señales particulares de este camino, que son las huellas ensangrentadas de Cristo.

         El Camino de la Cruz, que el sacerdote debe señalar a los fieles, no es fácil y puede granjearle muchos enemigos, porque para comenzar a transitarlo, el sacerdote debe indicarle al fiel muchas cosas: primero, cuál es el Verdadero Cristo y cuál es el falso cristo –el cristo de la Nueva Era-; el Verdadero Cristo es el Cristo Eucarístico, el que se encuentra en Persona, verdadera, real y substancialmente en la Eucaristía; el sacerdote debe indicarle al fiel que para seguir por el Camino de la Cruz debe negarse a sí mismo, en sus pasiones, en sus pecados y que debe adquirir virtudes, las virtudes del Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de María; el sacerdote debe indicar a los fieles que deben fortalecer sus almas con la gracia santificante que proporcionan los Sacramentos, sobre todo la Confesión y la Eucaristía; debe advertirles de los peligros externos, el mundo y Satanás, que están al acecho para hacer desviar a los hijos de Dios del Camino de la Cruz; el sacerdote debe prevenir al fiel acerca de las trampas de Satanás, que en estos días se han multiplicado, como por ejemplo las falsas devociones, las devociones demoníacas, al Gauchito Gil, a la Difunta Correa, a San La Muerte, a la Pachamama; debe advertirles que deben usar los sacramentales de la Iglesia, medallas bendecidas de la Virgen y los santos y no los amuletos o talismanes de la brujería, como el árbol de la vida, la mano de Fátima, el ojo turco, la cinta roja y tantos otros más. Y es por eso que el sacerdote, en su tarea, no sea comprendido, o sea criticado por quienes son enemigos de Dios, pero la tarea del sacerdote es señalar, aun al precio de su vida y de su sangre, el Camino al Cielo, el Camino Real de la Cruz, tal como lo hizo el Santo Cura de Ars y tal como lo continúa haciendo desde el Cielo. Por último, el Santo Cura de Ars decía que la obligación del hombre era solo una: “orar y amar”[1]: orar al Dios del sagrario, Jesús Eucaristía y amarlo y adorarlo en su Presencia Eucarística y, por Jesús Eucaristía, amar al prójimo, incluido en primer lugar el enemigo. Al Santo Cura de Ars nos encomendamos para que todos, sacerdotes y fieles, cargando la cruz de cada día, sigamos por el Camino Real de la Cruz, el Camino del Calvario, el Via Crucis, todos los días de nuestra vida terrena, hasta llegar el Reino de los cielos en la vida eterna.



[1] De una Catequesis, A. Morin, Espirit du Cura d’Ars, París 1899, 87-89.

viernes, 29 de julio de 2022

San Cayetano, que Cristo Eucaristía habite en nuestros corazones

 



Si bien en Argentina San Cayetano es Patrono del pan y del trabajo, su intercesión como santo en los cielos trasciende estas características, de manera tal que podemos decir que, desde el cielo, San Cayetano intercede para que Cristo nos conceda algo mucho más grandioso que el pan material y el trabajo de cada día. Esto se desprende de sus cartas, escritas por él antes de su muerte. En una de ellas, titulada “Cristo habite por la fe en nuestros corazones”[1], dice así el santo: “Yo soy pecador y me tengo en muy poca cosa, pero me acojo a los que han servido al Señor con perfección, para que rueguen por ti a Cristo bendito y a su Madre; pero no olvides una cosa: todo lo que los santos hagan por ti de poco serviría sin tu cooperación; antes que nada es asunto tuyo, y, si quieres que Cristo te ame y te ayude, ámalo tú a él y procura someter siempre tu voluntad a la suya, y no tengas la menor duda de que, aunque todos los santos y criaturas te abandonasen, él siempre estará atento a tus necesidades”. El santo responde a una persona que le pide que rece por alguna intención particular; el santo le responde que él rezará y pedirá la intercesión de los santos para que ellos rueguen ante Cristo y la Virgen por la intención que esa persona le pide, pero al mismo tiempo le advierte que si esta persona no pone de su parte para entablar una relación personal con Cristo, de nada servirán las oraciones y que es necesario que esta persona anteponga la voluntad de Cristo a la suya; de esa manera, Cristo estará siempre atento a sus necesidades. De la misma manera nosotros, como cristianos, debemos decirle a Cristo: “Que se haga Tu voluntad en mi vida y no la mía” y luego cargar la cruz de cada día y seguirlo por el Camino Real de la Cruz, el Via Crucis.

Luego dice el santo: “Ten por cierto que nosotros somos peregrinos y viajeros en este mundo: nuestra patria es el cielo; el que se engríe se desvía del camino y corre hacia la muerte. Mientras vivimos en este mundo, debemos ganarnos la vida eterna, cosa que no podemos hacer por nosotros solos, ya que la perdimos por el pecado, pero Jesucristo nos la recuperó. Por esto, debemos siempre darle gracias, amarlo, obedecerlo y hacer todo cuanto nos sea posible por estar siempre unidos a él”. Le recuerda que esta vida terrena es pasajera y que es una prueba para ganarnos la vida eterna; además, no podemos ganarla por nosotros mismos, a causa de nuestros pecados y que sólo podemos hacerlo auxiliados por la gracia de Cristo y que esta es la razón por la cual debemos amarlo y obedecerlo y evitar todo lo pecaminoso que nos separe de Él.

Acto seguido, San Cayetano anima a la persona a alimentarse del Pan de Vida eterna, Cristo Eucaristía pero para poder recibirlo correctamente, se debe trabajar en el alma para que esté siempre en gracia y en este trabajo nos auxilia la Madre de Dios, la Virgen María: “Él se nos ha dado en alimento (en la Eucaristía): desdichado el que ignora un don tan grande; se nos ha concedido el poseer a Cristo, Hijo de la Virgen María, y a veces no nos cuidamos de ello; ¡ay de aquel que no se preocupa por recibirlo! Hija mía, el bien que deseo para mí lo pido también para ti; mas para conseguirlo no hay otro camino que rogar con frecuencia a la Virgen María, para que te visite con su excelso Hijo; más aún, que te atrevas a pedirle que te dé a su Hijo, que es el verdadero alimento del alma en el Santísimo Sacramento del altar. Ella te lo dará de buena gana, y él vendrá a ti, de más buena gana aún, para fortalecerte, a fin de que puedas caminar segura por esta oscura selva, en la que hay muchos enemigos que nos acechan, pero que se mantienen a distancia si nos ven protegidos con semejante ayuda. Hija mía, no recibas a Jesucristo con el fin de utilizarlo según tus criterios, sino que quiero que tú te entregues a él, y que él te reciba, y así él, tu Dios salvador, haga de ti y en ti lo que a él le plazca. Éste es mi deseo, y a esto te exhorto y, en cuanto me es dado, a ello te presiono”.

Como vemos, San Cayetano la anima a recibir el Pan Vivo bajado del cielo, la Sagrada Eucaristía, al mismo tiempo que la invita a trabajar en su alma para poder recibirlo dignamente y este trabajo espiritual consiste en acudir a la Santísima Virgen María, para que sea Ella la que guíe su alma hasta el encuentro con Cristo, ayudando al alma a luchar contra sí misma, contra sus pasiones, para que Cristo Eucaristía habite en su alma. Por todo esto, debemos considerar a San Cayetano como Patrono del pan y del trabajo espiritual, además del pan y del trabajo material y rezarle de esta manera: “San Cayetano, danos el Pan de Vida eterna, la Sagrada Eucaristía y ayúdanos a trabajar para el Reino de Dios”.

 



[1] De las cartas de san Cayetano, presbítero; Carta a Elisabet Porto: Studi e Testi 177, Ciudad del Vaticanto 1954, pp. 50-51.

jueves, 28 de julio de 2022

San Cayetano, danos el Pan de Vida eterna y ayúdanos a trabajar para el Reino de Dios

 



         Vida de santidad[1].

         Nació en Vicenza el año 1480. Estudió derecho en Padua y, después de recibida la ordenación sacerdotal -fue ordenado en 1516, a los 36 años-, instituyó en Roma la sociedad de Clérigos regulares o Teatinos, con el fin de promover el apostolado y la renovación espiritual del clero. San Cayetano se distinguió por su asiduidad en la oración y por la práctica de la caridad para con el prójimo. Poco tiempo después de ser ordenado sacerdote, fue nombrado secretario privado del Papa Julio II, asistiéndolo en la escritura de las cartas apostólicas. Funda en Roma la “Cofradía del Amor Divino”, una asociación de clérigos que se dedicaba a promover la gloria de Dios. Como sacerdote, obraba obras de misericordia corporales y espirituales: por un lado, ayudaba y servía personalmente a los pobres y enfermos, especialmente a los que poseían enfermedades más severas; por otra parte, se preocupaba mucho por el bien espiritual de su congregación. Por eso solía repetir: “En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración (esto es, en la Adoración Eucarística), en el hospital le encontramos personalmente” (porque Jesús está misteriosamente presente en el prójimo y sobre todo en el prójimo más necesitado. Se trasladó a Venecia en 1520, alojándose en el hospital de la ciudad y continuó con su apostolado corporal y espiritual. Murió en Nápoles el año 1547.

         Mensaje de santidad.

         San Cayetano es el Patrono del pan y del trabajo y eso está muy bien, porque el pan, con lo cual significamos el alimento material que necesitamos para el sustento del cuerpo, se lo pedimos al santo para que, por su intercesión, no nos falte nunca, sobre todo en estos momentos tan difíciles por los que está atravesando nuestra Patria; San Cayetano es Patrono del trabajo y eso está muy bien, porque el trabajo es un mandato divino, es un mandato de Dios: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, por eso la pereza y el pretender ganar dinero sin trabajar, haciendo pereza, es un pecado mortal y ningún católico puede aceptar la idea de que no hay que trabajar y de que todo tiene que venir del Estado, porque eso es un pecado mortal, que atenta directamente contra el mandato divino, tal como lo acabamos de ver en las Sagradas Escrituras. San Cayetano, entonces, es el Patrono del pan y del trabajo; sin embargo, no debemos quedarnos en las limitaciones horizontales de estas consideraciones que hacen a la vida temporal solamente, debemos tener en cuenta que San Cayetano, además de interceder para que tengamos pan material en la mesa todos los días y además de interceder para que no nos falte el trabajo necesario para ganar el sustento de todos los días, es también Patrono e intercesor de otro pan y de otro trabajo: el Pan de Vida eterna, la Sagrada Eucaristía y el trabajo para el Reino de los cielos, para la vida eterna, porque San Cayetano era sacerdote y el trabajo principal del sacerdote ministerial es precisamente ese: proporcionar a los bautizados el Pan de Vida eterna, la Sagrada Eucaristía y el proporcionar el trabajo para el Reino de los cielos. Por medio de la Santa Misa, el sacerdote ministerial proporciona a los fieles bautizados el Pan Vivo bajado del cielo, el Cuerpo y la Sangre de Jesús, que alimenta el alma con la misma substancia divina, por eso es llamado “Pan de los Ángeles”; por medio de su actividad apostólica, el sacerdote ministerial proporciona a los fieles bautizados el trabajo que deben hacer para ganar el cielo y es trabajar y el trabajo consiste en rezar el Rosario, hacer Adoración Eucarística, frecuentar los Sacramentos –Confesión sacramental y Eucaristía- y obrar las obras de misericordia corporales y espirituales –por eso decía que a Dios lo encontramos en la Eucaristía y en el hospital, en los enfermos- que nos indica la Iglesia, sin las cuales no podemos ingresar en el Reino de los cielos. Por esta razón es que a San Cayetano no sólo debemos pedirle el pan material y el trabajo material: debemos pedirle que interceda para que no nos falte algo infinitamente más grande que eso y es el Pan Vivo bajado del cielo, la Sagrada Eucaristía y que nos conceda y nos ayude a trabajar por el Reino de los cielos. Sólo así nuestro Santo Patrono obrará plenamente la obra de Dios en nuestras almas.

jueves, 21 de julio de 2022

San Francisco Solano, desde la amada España hasta el Gran Tucumán

 



         Vida de santidad.[1]

         Francisco Solano, llamado “el Taumaturgo del nuevo mundo”, por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España. Su padre era alcalde de la ciudad, y el santo desde muy pequeño se caracterizó por su habilidad en poner paz entre los que se peleaban: cuando había algún duelo a espada, bastaba que Francisco corriera a donde los combatientes a suplicarles que no se pelearan más, para que hicieran las paces. Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Los primero años de sacerdocio los dedicó a predicar con gran provecho en el sur de España. Sus sermones llegaban hasta el fondo del corazón de los pecadores y conseguían grandes conversiones. Es que rezaba mucho antes de cada predicación. En ese entonces, llegó a Andalucía la peste del tifo negro y Francisco y su compañero Fray Buenaventura se dedicaron a atender a los enfermos más abandonados. Buenaventura se contagió y murió (y ahora es santo también) luego se contagió también Francisco y creyó que ya le había llegado la hora de partir para la eternidad, pero luego, de la manera más inesperada, quedó curado. Con eso se dio cuenta de que Dios lo tenía para obras apostólicas todavía más difíciles. Pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al África, y no le fue aceptada su petición. Al poco tiempo después el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica y entonces sí fue enviado Francisco a extender la religión de Cristo por estas tierras. Estando en el viaje, se desencadenó una gran tempestad que lanzó el barco contra unas rocas frente a Panamá y se partió en dos. Hasta que pudo llegar a la costa, pasaron tres días, en los que aprovechó para catequizar y bautizar a los que lo habían acompañado en el viaje. Al tiempo, llegaron a la ciudad de Lima.

Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante veinte años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con numerosos peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Se arrodilla ante su superior, y le suplica con lágrimas casi en los ojos: “¡Padre, mándeme, mándeme a mí! Por amor a mi Señor Jesucristo, yo quiero ir a las misiones más difíciles”. El superior comprende que aquellos impulsos tan vehementes hacia las misiones más arriesgadas vienen de Dios, y autoriza todo: “¡Vaya, pues, y que Dios le acompañe siempre!”. Francisco escala los Andes, sube a las alturas más encumbradas de Bolivia, desciende después hasta la Argentina y llega al Tucumán, donde va a tener el centro de su apostolado durante once años prodigiosos, apostolado que se extenderá hasta el Estero y Paraguay. Recorrió en total más de 3.000 kilómetros y no solo sin ninguna comodidad, sino con numerosos sacrificios y dificultades, con la sola confianza en Dios y movido por el deseo de salvar almas. Antes de salir de misión, San Francisco Solano Como una muestra de que Dios estaba con él, le sucedió en su gran viaje misionero, que lograba aprender con extraordinaria facilidad los dialectos de aquellos indios a las dos semanas de estar con ellos y ellos admirablemente le entendían todos sus sermones. Sus mismos compañeros misioneros se admiraban grandemente de este prodigio y lo consideraban un verdadero milagro de Dios. Pero lo más admirable es que las tribus de indios, aun las más agresivas y opuestas a los blancos, recibían los sermones del santo con una docilidad y un provecho que parecían increíbles. Dios le había concedido la eficacia de la palabra y la gracia de conseguir la simpatía y buena voluntad de sus oyentes.

Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles. Un Jueves Santo estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de indios salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indígenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religión católica.

El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra –por eso es el Patrono del Folclore Argentino-. San Francisco Solano misionó por más de 14 años por Tucumán, el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso. Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salió del corral y empezó a cornear sin compasión por las calles. Llamaron al santo y éste se le enfrentó calmadamente al terrible animal. Y la gente vio con admiración que el bravísimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le lamía las manos y se dejaba llevar por él otra vez al corral. A imitación de su patrono San Francisco de Asís, el padre solano sentía gran cariño por los animalillos de Dios. Las aves lo rodeaban muy frecuentemente, y luego a una voz suya, salían por los aires revoloteando, cantando alegremente como si estuvieran alabando a Dios. Por orden de sus superiores, los últimos años los pasó Fray Francisco en la ciudad de Lima predicando y convirtiendo pecadores. Entraba a las casas de juegos y hacía suspender aquellos vicios y llevaba a los jugadores a los templos. En los teatros, en plena función inmoral hacía suspender la representación y echaba un fogoso sermón desde el escenario, haciendo llorar y arrepentirse a muchos pecadores. En plena plaza predicaba al pueblo anunciando terribles castigos de Dios si seguían cometiendo tantos pecados y esto conseguía muchas conversiones. En mayo de 1610 empezó a sentirse muy débil. Los médicos que lo atendían se admiraban de su paciencia y santidad. El 14 de julio, una bandada de pajaritos entró cantando a su habitación y el Padre Francisco exclamó: “Que Dios sea glorificado”, y expiró. Desde lejos las gentes vieron una extraordinaria iluminación en esa habitación durante toda la noche.

         Mensaje de santidad.

         La obra evangelizadora de San Francisco Solano solo se explica si está acompañado por el Espíritu Santo, porque su obra evangelizadora a lo largo de veinte años no se explica mínimamente con las solas fuerzas humanas. No solo tuvo que recorrer más de trece mil kilómetros, la mayoría de ellos a pie, sino que además convirtió a numerosísimas gentes, hablando en su propio idioma y predicando a todos la salvación del alma por la Sangre de Cristo. Todo se explica porque San Francisco Solano no vino a estas tierras en busca de oro ni de gloria mundana, sino en busca de almas para Cristo. Porque sin Cristo y su Sangre derramada por nosotros, estamos condenados irremediablemente a la perdición eterna, porque nadie salva su alma sin la Sangre de Cristo y sin la Sangre de Cristo, las almas se condenan en el Infierno por toda la eternidad.

 

Oración a San Francisco Solano

“¡Oh San Francisco Solano,

Que llegaste desde la amada España

Para anunciarnos la alegre noticia

De la salvación del alma

Por la Sangre de Cristo,

Te suplicamos que intercedas por nosotros,

Para que siguiendo a Cristo Dios

Por el Camino Real de la Cruz,

Lleguemos un día a la felicidad eterna

Del Reino de Dios! 

Que la Sangre de la cruz de Cristo,

que tú nos diste a conocer

y que el Manto de la Inmaculada de Luján,

que es nuestra Bandera Nacional,

nos protejan de todo mal

y nos concedan el bien infinito de la 

vida celestial. Amén”.

Un Padrenuestro, Avemaría, Gloria.