San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

jueves, 9 de julio de 2020

Testimonios sobre el Escapulario de la Virgen del Carmen



         Desde que la Virgen se apareció a San Simón Stock y le dio el Escapulario en el año 1251, no han dejado de producirse cantidades incontables de milagros, a lo largo y ancho del mundo y durante todos los siglos[1]. Algunos de esos milagros incluso se relacionan con otros milagros, como las Apariciones de la Virgen en Fátima; hay testimonios que están relacionados con Papas, y otros con Santos.
         Uno de estos testimonios se dio en una de las Apariciones de la Virgen en Fátima: según Lucía, una de las videntes de estas apariciones, en la última aparición, que ocurrió en octubre de 1917, la Virgen se apareció con hábito carmelita y con el Escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo llevaran con amor y reverencia; además pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.
         Otros testimonios están relacionados con los Papas: así, el Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario, a solo veinticinco años después de la Visión del Escapulario. A su vez, el Papa Pío XII habló frecuentemente del escapulario y es así que en 1951, en el aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el escapulario como “Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María”. También el Papa recordó en esa ocasión que “el escapulario nos marca como hijos escogidos de María y se convierte para nosotros en un “Vestido de Gracia”, porque es como si lleváramos puesto el hábito carmelita de la Virgen.
Si nos acercamos un poco más en el tiempo, el Papa Juan Pablo II ha reconocido que él mismo lleva el escapulario desde sus años de juventud. Así lo manifestó él en persona: “¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho tiempo, el escapulario del Carmen!”.
El escapulario y los Santos
Con respecto a los santos, los testimonios nos llegan desde el mismo San Simón Stock: el mismo día en el que San Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el santo fue llamado a asistir a un moribundo que agonizaba en estado de desesperación; cuando llegó, le puso el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se confesó y murió en gracia de Dios.
Otros santos que dan testimonio del Santo Escapulario del Carmen son San Alfonso Ligorio y San Juan Bosco, quienes se caracterizaban por tener una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando murieron los enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años después cuando abrieron sus tumbas encontraron que sus cuerpos y todas las vestimentas estaban reducidas a cenizas y polvo, sin embargo sus escapularios estaban intactos. Con relación al Escapulario, San Alfonso Ligorio nos dice: “Herejes modernos se burlan del uso del Escapulario. Lo desacreditan como una insignificancia vana y absurda”. La lectura en negativo de esta afirmación es que los justos y los santos lo usan con reverencia y amor y que para ellos –para toda la Iglesia- es un salvoconducto seguro al Cielo, al tiempo que nos evita ir al Infierno, siempre y cuando lo usemos esforzándonos por vivir en estado de gracia y no en pecado.
Otro santo, San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor: cada mes llegaba a Cartagena, Colombia, un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con el escapulario. Mediante esta obra de misericordia, llegó a tener más de trescientos mil conversos.
Finalmente, otro santo que da  testimonio del Santo Escapulario del Carmen es San Claudio de Colombiére, director de Santa Margarita María de Alacquoque, la santa a la que se le aparecía el Sagrado Corazón. Dice así el santo: “Debido a que todas las formas de amar a la Santísima Virgen y las diversas maneras de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables a ella y por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado para alcanzar el cielo, lo digo sin vacilar ni un momento, ¡El Escapulario Carmelita es su predilecto!" y agrega "Ninguna devoción ha sido confirmada con mayor número de milagros auténticos que el Escapulario Carmelita”. También afirmó: “Yo quería saber si María en realidad se había interesado en mí, y en el escapulario Ella me ha dado la seguridad más palpable. Sólo necesito abrir mis ojos, Ella ha otorgado su protección a este escapulario: “Quien muera vestido en él no sufrirá el fuego eterno”. Es decir, el santo usaba el Escapulario confiado en que era un elegido de la Virgen por usarlo y confiado en la promesa de la Virgen a San Simón Stock: “Quien muera con el Escapulario puesto, no sufrirá el fuego del Infierno”.