San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

martes, 31 de enero de 2017

Don Bosco, la Inmaculada Concepción y la Eucaristía



Representación del sueño profético de Don Bosco en donde se revela el futuro de la Iglesia. Desde una roca, el santo contempla una escena asombrosa: en un mar agitado, una majestuosa nave atraca entre dos grandes columnas de mármol, en cuyos extremos se encuentran la Inmaculada Concepción y la Eucaristía. Delante y atrás de la nave central, pequeñas naves que naufragan en medio de la confusión, el humo y el fuego, aunque otras navecillas parecen acercarse para que sus tripulantes suban a la gran nave, en cuya proa destaca el Santo Padre, de pie, acompañado por sus cardenales y obispos. La gran nave es la Iglesia Católica, guiada por Pedro bajo la asistencia del Espíritu Santo, que habrá de atravesar grandes tribulaciones, simbolizadas en el mar agitado, y sufrir persecuciones, simbolizadas en las navecillas que la atacan; sin embargo, cuando humanamente la batalla parezca perdida, la Iglesia será salvada por la intervención prodigiosa de la Madre de Dios y por un substancial incremento de la fe en la Presencia real, verdadera y substancial de Jesucristo en la Eucaristía. La Virgen y la Eucaristía salvarán la fe y las almas de los bautizados.

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