San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

Escribiendo una carta a Jesús

Supongamos que decidiéramos escribirle una carta a Jesús, ¿qué le diríamos? ¿Y qué le diríamos si le escribiéramos al Espíritu Santo? ¿Y a Dios Padre? ¿Qué se nos ocurriría decirles?

Veamos qué es lo que una niña de siete años, Antonieta Meo, le escribe a las Personas de la Santísima Trinidad, al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.

Al Espíritu Santo le escribe así: “¡Querido Espíritu Santo! Tú que eres el amor del Padre y del Hijito, ilumina mi corazón y bendíceme. Querido Espíritu Santo (…) ¡Te quiero mucho! ”. En otra carta le dice así: “Querido Espíritu Santo, Tú que eres el espíritu de amor, inflama mi corazón de amor por Jesús. Querido Espíritu Santo, te quiero mucho” . En otra carta escribe así: “Querido Espíritu Santo (…) dame tus Siete dones e ilumíname y lléname de Tu gracia y santifícame… (…) Tú que eres el amor que une al Padre y al Hijo úneme también a mí a la Santísima Trinidad. Querido Espíritu Santo, dile a Jesús que lo amo mucho, y dile a Dios Padre que lo alabo y lo bendigo” .

¿Y qué le escribe a Jesús? Como sabemos, a Antonieta tuvieron que amputarle una pierna, porque tenía un cáncer –finalmente, murió a causa del cáncer-, y al año siguiente de la amputación de la pierna, el día que se cumplía un año de ese hecho, Antonieta escribe así a Jesús: “Querido Jesús Eucaristía. Hoy, querido Jesús, te ofrezco el sacrificio de mi pierna (se acuerda de Jesús en la cruz y le ofrece a Jesús crucificado su pierna). Querido Jesús, antes que nada, Te agradezco porque me has dado los medios para que algún día yo pueda estar cerca de ti en el Paraíso. Te agradezco porque nos has dado la fuerza para soportar con paciencia nuestra cruz. Te agradezco porque en este año hice la Primera Comunión y Tú has venido a habitar en mi corazón. ¡Qué fiesta fue para mí ese día (de la Primera Comunión)! Fue el día más hermoso de mi vida. Querido Jesús, quiero ser siempre Tu lámpara (como la lámpara del Sagrario, que está siempre encendida, ella quiere estar encendida en el amor a Jesús Eucaristía) y Tu flor –como las flores que adornan el Sagrario-, y quiero adorarte siempre. (luego recuerda los días de dolor del año que pasó, cuando le cortaron la pierna) ¡Qué días dolorosos eran los del año pasado, pero lo he soportado por amor a Ti querido Jesús! Y porque salvaste muchas almas y quiero que todavía salves muchas más. (…) Querido Jesús, beso tus llagas, Tu Antonieta”.

¿Y a Dios Padre? Le escribe así: “Querido Dios Padre: Te quiero mucho mucho y espero que pronto venga Navidad, así podré recibir a Tu Hijito Jesús en mi corazón. Querido Dios Padre, Te quiero mucho pero mucho y ya sé que te lo dije, pero quiero decírtelo una vez más. Querido Dios Padre, ayuda a mis padres, a mi hermanita, a mi abuela, a mis tías y a Catalina y a todos. Querido Dios Padre, qué hermoso es este nombre, lo repetiré siempre pero siempre, porque me gusta mucho. Querido Dios Padre, dile a Jesús que lo quiero mucho y dile también que estoy muy contenta que Él venga a mi corazón y dile también que quiero recibir muchas gracias de Él. Querido Dios Padre, ¡qué hermoso nombre, el nombre de Padre! Padre de todo el mundo, Padre de infinita bondad. Querido Dios Padre, dile a la Virgencita que la quiere mucho también a Ella. Besos y saludos de tu querida hija Antonieta” .

¿Qué le escribiríamos nosotros a Jesús Eucaristía, a Dios Padre, al Espíritu Santo, a la Virgen?

P. Álvaro Sánchez Rueda