14 de Febrero
Los dos hermanos, Miguel y
Constantino, nacieron en Tesalónica, Grecia, y como monjes tomaron los nombres
de Metodio y Cirilo respectivamente. Realizaron su obra misionera en el siglo
IX en Europa central, en el territorio del entonces llamado imperio de la Gran
Moravia, que abarcaba la actual parte oriental de la República Checa, además Bulgaria,
Serbia, Croacia, y territorios eslovacos hasta Bohemia.
Los hermanos fueron a
misionar, con la autorización del Santo Padre y por encargo del emperador de
Bizancio, a la Gran Moravia a pedido del príncipe Rotislav, quien deseaba
obtener una organización eclesiástica independiente de Baviera y plena
independencia con respecto al imperio franco-oriental, posteriormente Alemania.
A pesar de enfrentarse a la oposición de parte del clero de Baviera, lograron desarrollar
una extraordinaria labor religiosa y cultural, puesto que crearon un nuevo
alfabeto, llamado “cirílico”, precisamente por San Cirilo, por medio del cual
dieron al mundo eslavo, con la traducción de la Biblia, del Misal y del Ritual
litúrgico, unidad lingüística y cultural. Este gran regalo que los hermanos
Cirilo y Metodio hicieron a los pueblos eslavos fue recompensado con el amor y
la devoción populares.
Una vez elaborada la
escritura eslava, Cirilo se enfrascó de inmediato en la traducción de libros
religiosos al eslavo antiguo, constituyéndose en el fundador de la literatura
eslava. El primer libro traducido por Cirilo fue el evangeliario, elemento
indispensable para celebrar las misas y para la catequesis. Con ayuda de sus
discípulos vertió al eslavo antiguo también el misal, el apostolario y otros
libros litúrgicos.
Al concluir en Moravia la
traducción de los cuatro evangelios, Cirilo escribió el prólogo de esta obra,
llamado Proglas. Se trata de una composición poética, escrita en versos, según
los cánones griegos, considerada una obra fundamental de la literatura eslava. Con
la publicación de los textos litúrgicos en lengua eslava, escritos en
caracteres “cirílicos” -designados así en honor a San
Cirilo-, promovieron grandemente la cultura y la fe.
Terminados sus cuatro años
misioneros en la Gran
Moravia , Cirilo viajó a Roma e ingresó en un convento de
monjes griegos. Falleció a los 50 días de su estancia en la Ciudad Eterna , el 14
de febrero del 869 y fue enterrado
en la basílica de San Clemente, el mártir cuyas reliquias él mismo había
llevado a Roma. Al morir, el primer educador y maestro de los eslavos
tenía tan sólo 42 años.
Él y su hermano fueron nombrados co-patronos de Europa por
el Santo Padre Juan Pablo II que así ofreció a los fieles del mundo el ejemplo
de dos grandes santos.
Vida y
milagros de Metodio
Metodio, hermano de Cirilo y
colaborador en la misión en la
Gran Moravia , nació alrededor del año 815, también en
Salónica. Consagrado obispo, marchó a Panonia, donde
desarrolló una infatigable labor de evangelización.
Tuvo que sufrir mucho a
causa de los envidiosos, pero contó siempre con el apoyo de los papas.
Evangelizó en Moravia, Bohemia, Panonia y Polonia. Bautizó a San Ludmila y al
duke Boriwoi. Fue arzobispo de Vellehrad, Eslovaquia, donde fue apresado en el
870 por la oposición del clero alemán. Algunos le acusaron de hereje, pero
siempre fue liberado de cargos. Tradujo la Biblia a la lengua eslava.
Ingresó en un convento
ubicado al pie del Olimpo. Metodio se desempeñó cómo archidiácono del templo de
Hagia Sofia, de Constantinopla, y como profesor de filosofía; luego, fue
nombrado arzobispo metropolitano de los granmoravos.
Bajo la dirección de Metodio
se desarrolló la escuela literaria morava de la cual salieron las traducciones
al eslavo antiguo de todos los libros del Viejo y del Nuevo Testamento. La
traducción de las Sagradas Escrituras fue realizada en la Gran Moravia en ocho
meses. Metodio la dictó a los escribanos que utilizaban una especie de
taquigrafía.
Luego de ser
falsamente acusado de hereje, muere entre sus fieles el 6 de abril de 884 y fue enterrado en su templo metropolitano en Moravia.
Se le hicieron
grandiosos funerales con oficios en latín, griego y eslavo: “Reunido el pueblo
en masa con cirios y lágrimas, acompañó a su buen pastor. Allí estaban todos,
hombres, mujeres, niños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, viudas y
huérfanos, extranjeros e indígenas, enfermos y sanos, porque Metodio se había
hecho todo para todos, para salvarlos a todos”[2].
Su cuerpo fue
llevado posteriormente a Roma y colocado en San Clemente, junto al de su
hermano Cirilo. Un cuadro sintetiza su santidad: el alma de Cirilo es
presentada al supremo juez por sus dos santos protectores, Miguel y Gabriel,
príncipes de las milicias celestiales; San Andrés y San Clemente asisten al
trono divino y el hermano Metodio levanta suplicante el cáliz eucarístico en
sufragio del difunto. Ambos juntos suelen ser pintados por los iconógrafos bizantinos
leyendo y bautizando en Moravia, con un hombre arrodillado a sus pies, que les
ofrece pan y sal, según el rito de los eslavos, en signo de amistad.
Mensaje
de santidad de los santos Cirilo y Metodio
De entre todos los
maravillosos frutos de santidad que dejaron estos santos, tal vez el más formidable
sea el de la promoción de la unidad de los pueblos en Cristo, por medio de la unificación
lingüística, cultural y religiosa, que realizaron entre los eslavos. De esta
manera, cumplieron fielmente el pedido del Señor: “Que todos sean uno como Tú y
Yo, Padre, somos uno” (Jn 17, 21).
Si
la confusión es consecuencia de la división, la unidad lleva a la plenitud de
la verdad, y al proporcionar a los eslavos un alfabeto, con el cual podían hablar
una lengua común, y al mismo tiempo misionar entre ellos, haciéndoles conocer
el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, la Verdad encarnada, los hermanos
Cirilo y Metodio proporcionaron a estos pueblos no sólo un gran avance cultural,
sino ante todo, les mostraron el camino de la salvación eterna. Ellos nos dan
un ejemplo insuperable de inculturación del evangelio, es decir, de adaptación
del evangelio a la cultura, al pensamiento del hombre. Al realizar la tarea de
la inculturación, es decir, de la comunicación y adaptación del Evangelio a las
distintas culturas, no cambiaron ni un ápice, ni una coma, ni una tilde, las
verdades eternas reveladas por Jesús y transmitidas por el Magisterio de la
Iglesia.
Con esto nos muestran que
son falsas y alejadas del Evangelio las tentativas de “inculturación” del
Evangelio, en las que se tergiversa su verdad, como se hace, por ejemplo, con
la Teología de la liberación, con las teologías feministas, con las teologías
progresistas. No se puede evangelizar y ser fieles a la Verdad de Jesucristo,
como lo hicieron los Santos Cirilo y Metodio, mezclando las palabras de Jesús
con el marxismo, con el feminismo, con el ecologismo, y con tantos “ismos” más,
pues si así se hace, lo único que resulta es un Evangelio deformado, contrario
a Cristo y a su Iglesia.
El otro mensaje de santidad
que nos dan los santos Cirilo y Metodio es el de la unidad por medio del
verdadero ecumenismo, el ecumenismo que se centra y se subordinado a Pedro, el
Vicario de Cristo.
Frente a la separación sin
fundamento de quienes deberían estar unidos por la caridad de Cristo, los ejemplos
de vida y de santidad de Cirilo y Metodio en Roma son lazo de unión, profesión
de ecumenicidad, garantía de esperanza en una no muy lejana recuperación del
Oriente cristiano a la obediencia del Papa.
Con sus cuerpos en sus
sepulcros en Roma, pero con sus almas en el cielo, Cirilo y Metodio esperan la
hermosa hora del encuentro y del abrazo entre Oriente y Occidente, porque son
como el Oriente hincado en el corazón de Roma, como los testigos de una caridad
unitiva que traspasa siglos y hermana pueblos.
[1] http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=605;
información radio de Praga.
[2] http://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/02/02-14_santos_cirilo_y_metodio.htm; cfr. Santiago
Morillo, S. I.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario