San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 16 de octubre de 2013

Los 522 mártires españoles muertos por el odio satánico contra la Fe no eran activistas políticos


         Como consecuencia de la mayor beatificación de la historia -522 mártires de la Guerra Civil Española-, han surgido voces contrarias a dicha beatificación, argumentando que se trató de un hecho político[1]: los mártires serían en realidad “activistas políticos de derecha” asesinados por sus opositores, los “activistas políticos de izquierda”. Presentar así el caso, es reducir el misterio del martirio a la capacidad de comprensión de la razón humana, es decir, es reducir el misterio a prácticamente la nada.
Para comprender el alcance de la beatificación de estos mártires, y para no reducir a la nada su martirio, es necesario leer el martirio a la luz de la Cruz de Cristo. Como tal, el martirio se inscribe en la lucha entre Cristo, Rey de los mártires, y el Demonio, Asesino desde el principio y Príncipe de las tinieblas. Mientras los mártires participan de la muerte sacrificial de Cristo, sus verdugos o asesinos, por el contrario, participan del odio que experimenta el Ángel caído, Satanás, contra Dios y su Cristo, odio que se hace extensivo también hacia la Madre de Dios, la Virgen María. Este odio de la Serpiente Antigua está retratado y narrado en el Apocalipsis, en el capítulo en donde se habla del “Dragón” que quiere “ahogar con su vómito” al Niño que está en brazos de la Mujer, a la cual se le dan “dos alas de águila” para que huya al desierto y ponga a salvo a su Hijo del ataque del Dragón (cfr. 12, 6-13. 18).
Este odio satánico ha tenido y tiene su expresión en múltiples ideologías anti-cristianas, principalmente el capitalismo liberal y el comunismo marxista, responsable este último del sangriento y salvaje ataque a la Iglesia Católica durante la Guerra Civil Española, y responsable de la muerte de los 522 mártires beatificados recientemente, además de unos cien millones de muertos, en todo el ámbito de su influencia, que se extiende desde Europa Central hasta China, pasando por Rusia, los países eslavos y los países asiáticos.
Los 522 mártires no fueron “caídos en una guerra civil”, como si formaran parte de uno de los dos bandos civiles en lucha, sino que fueron asesinados por odio contra la Fe -como lo afirma el Papa Francisco: “asesinados por su fe durante la Guerra Civil española”[2]- por quienes estaban envueltos en la “niebla diabólica de una ideología” –la ideología marxista y comunista-.
Por último, y precisamente porque no fueron “caídos en una guerra civil”, los mártires beatificados son la semilla de la paz y de la reconciliación entre los hombres, porque habiendo sufrido muerte cruenta y violenta a manos de sus verdugos, por el hecho de ser partícipes de la Muerte redentora del Rey de los mártires, Jesucristo, ellos ofrecieron sus vidas por quienes los asesinaban imitando así a su Rey, que ofreció su vida implorando el perdón divino por quienes lo crucificaban: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). 
Este es entonces el mensaje de santidad de los 522 mártires: muertos por el odio satánico contra Jesucristo y su Iglesia, unidos a Cristo conceden la paz y el Amor de Dios a sus enemigos y a la humanidad entera. Los mártires nos demuestran así que las “puertas del infierno jamás prevalecerán contra la Iglesia” (Mt 16, 18)porque el Amor de Dios –Dios, que es Amor (cfr. 1 Jn 4, 8)-, es más fuerte que el odio del Ángel caído y de los hombres asociados a él.




[1] Cfr. las lamentables declaraciones de una monja de ¿clausura? Teresa Forcades, http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2013/10/sor-forcades-cada-dia-mas-izquierdosa-y.html: “No tengo ninguna opinión crítica por beatificar a una persona asesinada por defender su fe, pero el acto de mañana, como cualquier acto, tiene una dimensión política". "en el inicio de sus causas eran mártires de la Guerra Civil" "(los asesinatos ocurrieron) dentro de un conflicto político, un conflicto que acabó en una situación de dictadura franquista, y en esa dictadura la Iglesia católica no tuvo un papel neutro sino que apoyó al régimen franquista". "Ésa es una herida abierta, y ante esa colaboración con el franquismo de la Iglesia católica, aún hoy no hemos hecho una reevaluación crítica y no hemos pedido perdón por nuestra asociación con un régimen violento y antidemocrático que asesinó a centenares de miles de personas", “(la Iglesia Católica tiene que) hacer un reconocimiento público de su papel en la dictadura y pedir perdón a la sociedad". "Pero en vez de hacer eso, mis hermanos benedictinos en el Valle de los Caídos hacen una celebración diaria de la eucaristía en la tumba del general Franco”.

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