San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

domingo, 18 de agosto de 2019

San Pío X


Resultado de imagen para san pio x
          Vida de santidad[1].

          José Sarto, después Pío X, nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez hijos. Ingresó en el seminario y luego ocupó los puestos de vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia. Muchas son las anécdotas de este santo que reflejan tanto su santidad como su lucha por superar sus defectos, entre ellas destacan tres:
En 1903 al morir León XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo Pontífice. En Roma no era candidato para algunos por no hablar francés y él mismo se consideraba indigno de tal nombramiento. Fue elegido Papa pero se negó, aduciendo que era indigno; los Cardenales le dijeron que no aceptar el nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios, luego de lo cual aceptó el cargo. Tres eran sus más grandes características: la pobreza, ya que fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X; la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa e incluso no permitía lujos excesivos en sus recámaras y sus hermanas que lo atendían no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano; la bondad: nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadoso con quien necesitara de él. Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo. Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.

          Mensaje de santidad.

Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías en boga en esa época: el Modernismo, herejía a la cual la combatió en un documento llamado “Pascendi” estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia sí tiene autoridad para dar normas de moral; la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que los niños pudieran recibir la comunión desde el momento en que entendía quien está en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía. Al recordarlo, recordemos entonces que los dogmas de la Iglesia son inmutables, es decir, que no cambian, aun cuando las costumbres y las culturas de los hombres cambien con el tiempo y esta inmutabilidad se debe a que los dogmas no dependen de elucubraciones de teólogos ni de razonamientos humanos, sino del Ser divino trinitario y de la constitución íntima de Dios como Uno y Trino. Pretender cambiar los dogmas es algo imposible, además de una herejía y un atentado contra el Ser de Dios y contra la fe de la Iglesia Católica, fe que es inmutable hasta el fin de los tiempos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario