San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

domingo, 18 de agosto de 2019

San Bernardo abad



Vida de santidad.
Acerca de su biografía, dice así Wikipedia[1]: “Bernard de Fontaine, conocido como Bernardo de Claraval o en francés, Bernard de Clairvaux, (castillo de Fontaine-lès-Dijon, (Borgoña), 1090 — Abadía de Claraval, Ville-sous-la-Ferté, Champaña-Ardenas, Francia, 20 de agosto de 1153) fue un monje cisterciense francés y abad de la abadía de Claraval. Con él, la Orden del Císter se expandió por toda Europa y ocupó el primer plano de la influencia religiosa. Participó en los principales conflictos doctrinales de su época y se implicó en los asuntos importantes de la Iglesia. En el cisma de Anacleto II se movilizó para defender al que fue declarado verdadero papa, se opuso al racionalista Abelardo y fue el apasionado predicador de la segunda Cruzada. Es una personalidad esencial en la historia de la Iglesia católica y la más notable de su siglo. Ejerció una gran influencia en la vida política y religiosa de Europa. Sus contribuciones han perfilado la religiosidad cristiana, el canto gregoriano, la vida monástica y la expansión de la arquitectura gótica. La Iglesia católica lo canonizó en 1174 como san Bernardo de Claraval, y lo declaró Doctor de la Iglesia en 1830”.
          Mensaje de santidad.
          Debido a lo extenso de su mensaje de santidad, nos circunscribiremos a tres aspectos solamente: su oposición al racionalista Abelardo; su predicación a favor de la Segunda Cruzada y, por último, la difusión que hizo del canto gregoriano.
Con relación a su oposición al racionalista Abelardo, hay que decir que el peligro del racionalismo es uno de los más grandes en lo que se refiere a la fe de la Iglesia Católica. En efecto, la Iglesia Católica se caracteriza porque el conjunto de sus dogmas y de su fe, en su totalidad, se derivan de verdades sobrenaturales, supraracionales, es decir, verdades que están más allá de la capacidad de la mente humana, porque se originan directamente en Dios Uno y Trino. ¿Çuáles son esas verdades sobrenaturales? Son los denominados “misterios absolutos sobrenaturales de Dios”, que se caracterizan que no pueden ser conocidos por la inteligencia creada –ni humana ni angélica- si no son revelados por el mismo Dios. Por ejemplo, la constitución íntima de Dios como Uno en naturaleza y Trino en Personas y la Encarnación del Verbo en el seno purísimo de María Santísima por obra de la Tercera Persona de la Trinidad. A esto, le podemos agregar el hecho de que el Verbo continúa y prolonga su Encarnación en la Eucaristía. Si estas verdades no son reveladas, es imposible conocerlas. Pues bien, el racionalismo se caracteriza por negar esas verdades absolutas y sobrenaturales y por descartar todo aquello que supere el alcance de la razón. En este sentido, San Bernardo se opuso con todas sus fuerzas al hereje Abelardo, afirmando la existencia y la revelación de estas verdades sobrenaturales absolutas por parte de Dios Hijo encarnado, Jesucristo. Nuestra religión católica es una religión de misterios sobrenaturales absolutos que deben ser creídos tal cual han sido revelados; de lo contrario, se cae en la herejía de Abelardo, que se llama “racionalismo”.
          Otro hecho que caracteriza a la vida de San Bernardo es el haber sido un gran promotor, predicador y defensor de las Cruzadas, especialmente la Segunda. Esto es sumamente importante conocer porque en nuestros días se presenta a las Cruzadas con una visión anti-cristiana, distorsionada, como si las Cruzadas hubieran sido guerras de agresión de la Cristiandad contra sus enemigos, especialmente el Islamismo. Nada está más lejos de la realidad, porque en realidad las Cruzadas fueron guerras defensivas, implementadas por la Cristiandad, para recuperar los Lugares Santos de Medio Oriente, pertenecientes a los cristianos, que habían sido arrebatados ilegalmente por la fuerza por el Islam. San Bernardo se dio cuenta de esto y llamó a formar un ejército cristiano que se enfrentara al Islam en Tierra Santa y recuperara lo que legítimamente pertenecía a la Cristiandad, esto es, los Santos Lugares. El Catolicismo es una religión de paz, pero no pacifista y esta es la razón por la cual las Cruzadas fueron legítimas, porque en realidad los cristianos fueron a recuperar lo que les había sido arrebatado por la fuerza.
          Por último, un legado sumamente importante de San Bernardo es el impulso que el santo le dio al canto gregoriano, un canto que por su belleza y atemporalidad debe ocupar un lugar de preeminencia y debe ser preferido a cualquier otro canto, en toda ceremonia religiosa católica, especialmente en la Santa Misa. Aquí hay que rescatar dos verdades: no es verdad que todo lo antiguo es malo –en este caso, el canto gregoriano- ni tampoco es verdad que todo lo nuevo es bueno –los cantos de misa no gregorianos, sobre todo los que se acercan mucho al canto profano- y esto porque el Ser, la Verdad, el Bien y la Belleza son atemporales. Aun siendo “antiguo” el canto gregoriano es el más apropiado para la liturgia católica y esto lo sabía y lo defendió con todas sus fuerzas San Bernardo Abad.

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