San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

martes, 25 de abril de 2017

San Jorge


Vida de santidad.

Nacido en Lydda, Palestina, la tierra de Jesús, era hijo de un agricultor –aunque algunos afirman que su padre, que se llamaba Geroncio, era oficial del ejército romano—muy estimado[1]; su madre, de nombre Policromía, lo educó en la fe cristiana[2]. Poco después de cumplir la mayoría de edad se enroló en el ejército y debido a su carisma, Jorge no tardó en ascender y, antes de cumplir los 30 años fue nombrado capitán, siendo entonces destinado a Nicomedia como guardia personal del emperador Diocleciano (284-305) [3]. Falleció a principios del IV, probablemente en la ciudad de Lydda, la actual Lod de Israel. Está atestiguado que murió mártir: San Jorge fue decapitado por profesar el cristianismo hacia el año 303. El martirio fue ordenado por el propio Diocleciano, después de que San Jorge le recriminara la cruenta persecución de los cristianos que el emperador había iniciado ese mismo año[4].

Mensaje de santidad.

La iconografía de San Jorge lo representa, casi exclusivamente, en su lucha contra un dragón, y esto en detrimento de su condición de mártir, puesto que las representaciones en cuanto tal son muy escasas. ¿Qué significado tiene la imagen de San Jorge con el dragón? ¿Se trata de un hecho real, o de una alegoría que remite a una realidad sobrenatural? La respuesta más probable es la segunda, es decir, que sea una alegoría, lo cual no significa que sea un relato imaginario, sino una representación sensible de una realidad invisible, sobrenatural.
Si se tratara de un suceso real, lo cual es poco probable, podría decirse que el dragón sería, en realidad, un caimán de grandes proporciones, pero siempre un caimán, es decir, una creatura animal; otros afirman que se trataría de un tiburón, también de gran tamaño. En todo caso, este animal gigantesco tenía aterrorizada a una población de Libia, exigiendo dos corderos diarios para alimentarse, lo cual debía ser satisfecho por la población, puesto que el animal emanaba un hedor insoportable, al tiempo que, por la escasa higiene de su cuerpo, contaminaba el terreno a su paso. Luego de que los habitantes del poblado se quedaran sin animales para calmar a la bestia, decidieron que se entregaría una persona viva, la cual sería elegida por sorteo, tocándole en suerte a la hija del rey[5]. Es aquí en donde interviene San Jorge quien, arremetiendo a la carrera con su lanza, atravesó al animal de lado a lado, dándole muerte. Al enterarse del hecho, los vecinos, llenos de admiración, agradecieron a San Jorge quien, aprovechando la ocasión –como dice la Escritura: “Predica a tiempo y a destiempo”-, les predicó acerca de Jesucristo, haciendo que muchos de ellos se hicieran cristianos.
La otra posibilidad es que la iconografía se refiera a un hecho real pero sobrenatural, representado por símbolos e imágenes, es decir, que se trate de una alegoría. En este caso, los distintos elementos de la imagen, darían lugar a distintas realidades sobrenaturales y preternaturales (relativas al mundo de los ángeles). Así, el caballo blanco sería representación de la Iglesia que, en cuanto Esposa de Cristo, es inmaculada y pura, por la gracia del Espíritu Santo que inhabita en sus miembros y que brota de su Cabeza, Jesucristo; el dragón, sería el Demonio, el Ángel caído, que es nombrado como “dragón” en las Escrituras; también representaría aquello detrás de lo cual se oculta el Demonio, esto es, el paganismo y la idolatría[6] –en nuestros días, el Gauchito Gil, la Difunta Correa, San La Muerte, y tantos otros ídolos demoníacos-, lo cual implica la brujería, la magia, la superstición –cinta roja, cruzar los dedos, etc.-, los adivinos, el ocultismo, y muchos otros trucos del Demonio; la hija del rey a punto de ser sacrificada al Dragón, puede significar, con su inocencia, juventud y hermosura, el alma en gracia, que es hija adoptiva de Dios y que por la gracia participa de la eterna juventud de Dios, de su inocencia y de su hermosura; el sacrificio de la hija del rey, significa la entrega de la juventud, por parte de la sociedad sin Dios, al Demonio, mediante la ofrenda de los jóvenes a los ídolos demoníacos de la sociedad materialista y atea: la droga, el dinero, la sensualidad, la fama, el poder; San Jorge, que atraviesa con su lanza la garganta del Dragón dándole muerte, representa al mismo santo que, con su prédica y participando de la fuerza celestial de Jesucristo, da muerte al Dragón y salva a la princesa, es decir, impide que el Demonio se apodere de las almas de los jóvenes, cuyas almas, por el bautismo, pertenecen a Jesucristo, y si no son bautizadas, pertenecen a Dios, por ser creaturas suyas creadas a su imagen y semejanza; también representaría la victoria del cristianismo sobre el paganismo, es decir, sobre la brujería, la wicca, la hechicería, el satanismo, propios de la Nueva Era; por último, la lanza de San Jorge, representaría las armas espirituales con las que el santo arrebata las almas al Demonio: el Santo Rosario, la Misa, la gracia santificante de los sacramentos.
En cuanto a su muerte, sucedió de la siguiente manera: en el año 303, el emperador Diocleciano emitió un edicto mediante el cual todos tenían que adorar ídolos o dioses falsos; además, se prohibía adorar a Jesucristo y se autorizaba la persecución de los cristianos por todo el imperio, persecución que continuó luego con Galerio (305-311). Jorge, que recibió órdenes de participar, confesó que él también era cristiano, que nunca dejaría de adorar a Cristo y que jamás adoraría a los ídolos paganos del imperio. Una vez conocida la decisión de San Jorge, Diocleciano ordenó que lo torturaran a fin de lograr su apostasía, pero debido a que no pudieron hacerlo renegar de la fe en Jesús, el emperador lo mandó matar por decapitación. Al enterarse de su condena a muerte, San Jorge se alegró enormemente, pues aquello que había deseado desde el momento de su conversión, el encuentro cara a cara con Jesucristo en el Reino de los cielos, estaba al fin por cumplirse éxito. De paso para el sitio del martirio lo llevaron al templo de los ídolos para ver si los adoraba, pero en su presencia varias de esas estatuas cayeron derribadas por el suelo y se despedazaron. Por ello se ordenó su ejecución y fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril de 303.
Mientras lo azotaban, meditaba en los azotes recibidos por Jesús en su lugar y, en acción de gracias, no se quejaba ni siquiera mínimamente. Al verlo sufrir por Cristo, muchos exclamaban: “ss valiente. En verdad que vale la pena ser seguidor de Cristo”. En el camino a la ejecución, recitaba las palabras de Jesús antes de morir: “Señor, en tus manos encomiendo mi alma”, lo cual nos da una idea del alto grado de mística participación de San Jorge en la Pasión del Señor.
La vida de santidad y su muerte martirial, constituyen un modelo invalorable para nuestros días, en los que el Demonio, escondido en las sectas multicolores de la Nueva Era, tiende trampas de todo tipo a la juventud. Al recordarlo en su día, debemos implorar su intercesión ante el Rey de los mártires, Jesucristo, para que envíe a su Iglesia grandes santos que, como San Jorge, enfrenten al Ángel caído con las armas espirituales de la Iglesia y así pongan a salvo a los hijos adoptivos de Dios, los bautizados en la Iglesia Católica.



[1] https://www.aciprensa.com/recursos/san-jorge-4548/
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_de_Capadocia
[3] http://www.santopedia.com/santos/san-jorge
[4] http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/jorge_san.htm
[5] https://www.aciprensa.com/recursos/san-jorge-4548/
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_de_Capadocia

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