San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

lunes, 13 de marzo de 2023

San Patricio

 



Vida de santidad[1].

Patricio nació con el nombre de Maewyn alrededor del año 387 en Bennhaven Taberniae, en la actual Escocia y murió hacia el año 461. Era hijo de un oficial romano, cuya religión era el cristianismo. A los dieciséis años fue tomado prisionero por unos piratas irlandeses y luego vendido como esclavo. Tras varios intentos, logró huir y se convirtió en predicador del Evangelio en Irlanda, isla que en esos tiempos se encontraba dividida en numerosos clanes sometidos a la poderosa autoridad de los druidas, que eran sacerdotes paganos que rendían culto al Demonio.

Acompañado por la gracia de Jesucristo, San Patricio realizó una gran labor apostólica, combatiendo la religión pagana de los druidas y evangelizando a los habitantes de la isla, predicando el Evangelio de Jesucristo y gracias a su prédica, los habitantes de Irlanda abrazaron desde entonces el catolicismo. Fue tan importante su trabajo evangelizador, que se le conoce como el “Apóstol de Irlanda”.  Según una tradición irlandesa, San Patricio libró a la isla de las serpientes y tanto es así, que en la actualidad Irlanda es la única región de las Islas Británicas que no posee ofidios silvestres. Según cuenta la tradición, San Patricio libró a la isla de las serpientes luego de golpear el suelo tres veces con el crucifijo, invocando al mismo tiempo a la Santísima Trinidad. Podemos decir que San Patricio libró a la isla de las serpientes, pero no solo de los animales, sino sobre todo de las serpientes preternaturales, los ángeles caídos, los demonios, los cuales huyen ante el Santo Crucifijo.

A San Patricio también se le adjudica la explicación acerca de la Santísima Trinidad, utilizando un trébol: utilizando un trébol como muestra, explicó que la Santísima Trinidad, al igual que el trébol, era una misma unidad, pero con tres personas diferentes (un mismo tallo con tres hojas).

Mensaje de santidad.

Un mensaje de santidad que nos deja San Patricio es el abrazarnos a Cristo crucificado, para no solo vernos libres de las acechanzas del Demonio, sino ante todo, para recibir el Amor del Sagrado Corazón de Jesús, traspasado en la cruz.

Otro mensaje de santidad de San Patricio puede tal vez sintetizarse en la oración conocida como “Coraza de San Patricio”, en la que Cristo rodea al alma fiel, tal como lo hizo con San Patricio durante toda su vida y tal como está Cristo en San Patricio ahora, por toda la eternidad, en el Reino de los cielos. La oración de la “Coraza de San Patricio”, la cual podemos rezar todos los días e incluso varias veces al día, es la siguiente:

Oración de la coraza de san Patricio:

Me levanto hoy

Por medio de poderosa fuerza, 

la invocación de la Trinidad,

Por medio de creer en sus Tres Personas,

Por medio de confesar la Unidad,

Del Creador de la Creación.

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,

Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,

Por medio de la fuerza de Su resurrección y ascención,

Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza del amor de Querubines,

En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,

En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,

En oraciones de Patriarcas, En palabras de Profetas,

En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,

En obras de hombres de bien.

Me levanto hoy

Por medio del poder del cielo:

Luz del sol,

Esplendor del fuego,

Rapidez del rayo,

Ligereza del viento,

Profundidad de los mares,

Estabilidad de la tierra,

Firmeza de la roca.

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:

Poder de Dios que me sostiene,

Sabiduría de Dios que me guía,

Mirada de Dios que me vigila,

Oído de Dios que me escucha,

Palabra de Dios que habla por mí,

Mano de Dios que me guarda,

Sendero de Dios tendido frente a mí,

Escudo de Dios que me protege,

Legiones de Dios para salvarme

De trampas del demonio,

De tentaciones de vicios,

De cualquiera que me desee mal,

Lejanos y cercanos,

Solos o en multitud.

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,

Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,

Contra conjuros de falsos profetas,

Contra las negras leyes de los paganos,

Contra las falsas leyes de los herejes,

Contra obras y fetiches de idolatría,

Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,

Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.

Cristo escúdame hoy

Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,

Contra sofocación, Contra heridas,

De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo, 

Cristo frente a mí, 

Cristo tras de mí,

Cristo en mí, Cristo a mi diestra,

Cristo a mi siniestra,

Cristo al descansar, 

Cristo al levantar,

Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,

Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,

Cristo en cada ojo que me mira, 

Cristo en cada oído que me escucha.

Me levanto hoy

Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,

Por medio de creer en sus Tres Personas,

Por medio de confesar la Unidad,

Del Creador de la Creación.

     Y nosotros podríamos agregar: "Cristo en la Eucaristía/Y la Eucaristía en mi corazón".

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