San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

lunes, 8 de julio de 2019

San Benito abad



La vida de San Benito es inseparable de la Santa Cruz de Jesús, a la que profesó siempre gran amor y a la que estuvo siempre unido con toda su alma, por medio de la gracia. Precisamente, lo que hizo de San Benito el gran santo que es ahora por la eternidad, es su gran amor por la Santa Cruz, con la que hizo muchos milagros, todos constatados por numerosos testigos. Pero además de milagros, San Benito fue un poderoso exorcista, don que ejerció para expulsar a los espíritus malignos utilizando como sacramental la famosa Cruz de San Benito[1].
La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo; ahora bien, como todo sacramental, su poder está no en sí misma sino en Cristo quien es quien le otorga su poder y eficacia; además, se necesita la disposición fervorosa y la fe de quien usa la medalla.
¿Qué significado tienen las inscripciones de la medalla de San Benito? Estas inscripciones, en latín, constituyen una poderosa oración exorcista, que rechaza al demonio como guía del alma y en cambio reconoce a Cristo como Único Dueño y Señor del alma.
La medalla, que es un poderoso sacramental que aleja la presencia del demonio y refuerza el deseo de la gracia de Cristo y en consecuencia debería ser usada por todos los cristianos, tiene el siguiente significado: en el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: “Eius in óbito nostro Presentia muniámur”; esto es: “A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia” (es la Oración de la Buena Muerte, que pide la presencia de Nuestro Señor Jesucristo, para ser protegidos del demonio y para ser llevados al cielo en el momento del tránsito de esta vida a la otra).
El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:
C.S.P.B. (Crux Sancti Patri Benedicti): “Santa Cruz del Padre Benito”.
C.S.S.M.L. (Crux Sancta sit mihi lux): “La santa Cruz sea mi luz” (crucero vertical de la cruz).
N.D.S.M.D. (Non Draco sit mihi dux): “que el Dragón no sea mi guía”; (crucero horizontal).
En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:
V.R.S. (Vade retro Satana): “Apártate de mí Satanás”.
N.S.M.V. (Nunquam suadeas mihi vana): “No me atraigas con tus mentiras”.
S.M.Q.L. (Sunt mala quae libas): “Es malo lo que ofreces”.
I.V.B. (Ipse venena bibas): “Bebe tu propio veneno”.
PAX: “Paz”.
Como dijimos, todo cristiano debería llevar consigo la Santa Cruz de San Benito y rezar todos los días su oración, poderoso exorcismo contra el maligno; de esa manera, pedimos que no solo el demonio se aleje de nuestras vidas y hogares, sino que pedimos que Jesús y su Reino vengan cuanto antes.

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