San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

domingo, 17 de junio de 2018

San José, modelo de santidad para todo padre de familia



         Para todo padre de familia que desee la santidad, San José es modelo de fe, de vida y sobre todo de santidad, porque vivió a la perfección las virtudes cristianas en su vida terrena. Por eso, todo padre de familia debe contemplar a San José como modelo ideal e insuperable de vida cristiana.
         Ante todo, San José es modelo como hijo de Dios, aun siendo él el Padre adoptivo de Jesús, porque este rol lo cumplió San José en cumplimiento de la voluntad de Dios Padre. Es decir, así como todo padre de familia es a su vez hijo, San José es modelo de cómo ser hijo, al cumplir con amor y a la perfección el encargo dado por Dios Padre de ser el padre adoptivo de Dios Hijo en la tierra.
         San José es modelo como Padre de familia, porque amó a su Esposa legal –nunca tuvo relación de tipo marital con la Virgen, sino que el trato entre ellos era como el de hermanos, visto que la Virgen era la Madre de Dios- y a su Hijo adoptivo, Jesús, con amor inigualable, prodigándose y trabajando día y noche para que a la Sagrada Familia no le faltara el sustento. En los días de tribulación, cuando por ejemplo su Hijo recién nacido estaba amenazado de muerte, San José, obedeciendo a las órdenes del Ángel, tomó a su Esposa y al Niño y los condujo, bajo su protección, hasta Egipto, siendo el Protector de la Sagrada Familia en un tan largo y peligroso viaje. Pero en los días de tranquilidad y de paz, que fueron muchos, San José también fue el Protector de la Sagrada Familia, porque con su oficio de carpintero, proveyó de todo lo necesario para que  María y Jesús tuvieran todo lo que les hacía falta.
         San José es modelo como Esposo, porque si bien, como dijimos, María fue su Esposa meramente legal y jamás hubo trato de tipo marital entre ellos, sino un amor de hermanos, San José amó a la Esposa legal que Dios le encomendó, la Virgen, y la amó y la trató con todo cuidado, con todo cariño, con todo respeto, dando su vida para Ella y su Hijo y no teniendo a nadie más en su corazón que no fuera a su Esposa legal.
         San José es modelo de Padre, porque si bien Jesús no era su hijo biológico, ya que Jesús es Hijo de Dios y su Padre es Dios Padre y la Concepción y Encarnación de Jesús fueron obra del Espíritu Santo y no de un varón como él, es modelo de Padre perfecto, porque si bien su Hijo adoptivo era Dios, San José cuidó de Él desde el día de su nacimiento y desde entonces, no pasaba ningún día sin que contemplase a su Hijo Dios, amándolo y adorándolo en el misterio de ser, su propio hijo adoptivo, el Dios que lo había creado y que ahora se encarnaba para salvarlo y santificarlo. Por eso, San José es modelo de oración en la vida de trabajo y de adoración contemplativa para todo padre de familia, porque así como San José amaba a su Hijo Dios mientras trabajaba y lo adoraba, así todo padre de familia cristiano debe, en medio de sus ocupaciones diarias, trabajar y contemplar a Jesús, rezando en imitación de San José y así también todo padre de familia debe adorar a Jesús Eucaristía, así como San José adoraba a su Hijo Jesús, Dios Encarnado.
         A San José también se le deben encomendar todos los padres difuntos, que en esta vida terrena recibieron el bautismo, la comunión y la confirmación, porque él es el Patrono de la muerte buena y santa, ya que murió entre los brazos de Jesús y María, según la Tradición, luego de enfermar gravemente de neumonía al ir a cumplir un encargo de trabajo en un pueblo vecino. Puesto que es el Patrono de la muerte buena y santa, a él se debe acudir para que interceda por todos los padres terrenos difuntos, que en esta vida fueron fieles de la Iglesia, para que por la misericordia de Dios gocen de la visión beatífica.
         Por último, en el día en el que se recuerda a los padres terrenos, es necesario elevar la mirada del alma, sobre todo los padres, que también son esposos e hijos a su vez, para que en San José contemplen el modelo ideal de vida del varón puro y santo, en el que se encuentran todas las virtudes necesarias para que todo padre de familia alcance la santidad en su imitación.

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