San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Santos Mártires Rioplatenses


 


         Los santos Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo, sacerdotes jesuitas, alcanzaron el Cielo por haber sido asesinados por el Nombre de Cristo. Ellos habían llegado al actual Paraguay y comenzaron a predicar el Evangelio a los paganos, a los que no conocían a Cristo. Predicar el Evangelio quiere decir, en concreto, que les enseñaron a los habitantes de estas tierras que Cristo era el Verdadero y Único Dios, que está en la Eucaristía y en el Cielo, que murió en la cruz para salvarnos del Infierno y para conducirnos al Reino de Dios y que para eso debían abandonar sus ídolos paganos, porque sus ídolos paganos eran demonios y que debían comenzar a adorar al Hombre-Dios Jesucristo; la Evangelización significa que les dijeron que debían abandonar sus vidas paganas, caracterizadas por el dominio tiránico de las pasiones, lo que explica que el pagano viva según las pasiones descontroladas y no según la razón; es lo que explica que se abandonen a la ira, a la venganza, a la codicia, a la violencia, a la lujuria, a la idolatría de los fetiches paganos, al alcoholismo, a la poligamia y, en definitiva, a todo lo que contraría a la Ley de Dios.

         Por un tiempo, los santos mártires tuvieron éxito en su prédica y así lograron convertir a Jesucristo a muchos paganos que así dejaron de adorar a sus ídolos.

         Sin embargo, si a los santos los envía y acompaña Nuestro Señor Jesucristo y también la Madre de Dios, María Santísima, a los paganos y hombres malos los dominan Satanás y los ángeles caídos y es así que, guiados por estos ángeles caídos y enceguecidos por su perversidad y su odio a Dios y sus elegidos, muchos de los que no se habían querido convertir, rechazaron la Cruz y la salvación de Jesucristo porque deseaban continuar con sus vidas de paganos y con sus ídolos; fue así que estos paganos, resistiéndose a la iluminación de la Luz Eterna Jesucristo y prefiriendo las tinieblas del Príncipe de las tinieblas, Satanás, dieron muerte cruenta a los santos mártires rioplatenses.

         Aprendamos de los santos mártires, que dieron sus vidas para cumplir las palabras de Jesús: “Id y predicado el Evangelio a todas las naciones y bautizadlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y según nuestro estado de vida, procuremos llevar una vida santa en el seguimiento de Cristo y sus Mandamientos, que es la mejor forma de evangelizar en un mundo mucho peor que el que encontraron los santos mártires rioplatenses, porque es un mundo dominado en su casi totalidad por el Príncipe de las tinieblas, Satanás.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario