San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 23 de septiembre de 2015

San Pío de Pietrelcina y las llagas de Cristo


         Una de las características más sobresalientes en la vida de santidad del Padre Pío fueron las heridas que llevaba en sus pies, en sus manos y en su costado. Los exámenes médicos confirmaron, una y otra vez, que las heridas eran auténticas, así como auténtica era la sangre que de ellas manaba. Descartando de plano toda posibilidad de engaño y descartando así mismo la absurda teoría de que fuera él, con su imaginación y poder mental, quien se las hubiera auto-infligido, queda una sola explicación posible: las heridas, reales, son la confirmación externa de la participación interna, por la gracia, a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
         La participación a la Pasión es una verdad de fe: el cristiano es el Cuerpo Místico de Jesús, quien continúa su Pasión, a lo largo del tiempo y de la historia humana, por medio de los miembros de su Cuerpo. Esto, que se da por la gracia, por la fe y por el amor en todo cristiano, pero de modo insensible e invisible, se volvió sensible y visible en el caso del Padre Pío, por un designio especial de Dios. Fue Dios quien le concedió la gracia al Padre Pío de hacer visible y sensible su participación a su Pasión. Es esto lo que explica la aparición de las llagas: es Cristo quien padece a través del Padre Pío. No son “las llagas del Padre Pío”, sino las llagas mismas de Jesús, que se hacen visibles y sensibles a través del Padre Pío. Quien veía al Padre Pío y sus llagas, veía a Jesús con sus llagas.
         ¿Cuál es la razón de esta gracia tan particular, concedida a muy pocos santos en la historia de la Iglesia? Podríamos pensar que es para el Padre Pío pudiera hacer milagros, como de hecho los hizo, ya que por la imposición de sus manos llagadas se curaban, efectivamente, toda clase de enfermedades, corporales y espirituales.
         Sin embargo, no es esta la razón última. La razón de las llagas visibles en el Padre Pío consiste en que los hombres, al contemplar unas llagas que no tienen explicación humana posible, nos demos cuenta de que estamos inmersos en un misterio incomprensible, el misterio del Amor del Hombre-Dios Jesucristo, que nos muestra sus llagas, de modo visible, para que veamos con nuestros propios ojos al mismo Amor que se materializa y se hace llagas para demostrarnos cuán profundo e insondable es el Amor con el que el Amor nos ama. Es verdad que el Padre Pío hacía curaciones milagrosas cuando imponía sus manos llagadas; pero si nos quedamos en el milagro de la curación, nos perdemos de vista al Amor Divino que por esas llagas se nos manifiesta, visible y sensiblemente.

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