San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 10 de mayo de 2023

San Juan de Ávila


 


        

         Vida de santidad[1].

         Nacido en Almodóvar del Campo, Ciudad Real (España), el 6 de enero de 1499 ó 1500. El año 1513 fue a estudiar leyes a Salamanca. Regresó a casa después de cuatro años y, aconsejado por un franciscano, estudió filosofía y teología. Al poco tiempo murieron sus padres. Fue ordenado sacerdote el año 1526. El padre Juan de Ávila repartió sus bienes a los pobres y se entregó a la oración y a la enseñanza del catecismo. El año 1535, llamado por el obispo, marchó a Córdoba donde conoció a fray Luis de Granada. Allí organizó predicaciones por los pueblos obteniendo muchas conversiones de personas importantes. Dedicó también mucho tiempo al clero para quien fundó centros de estudios como los colegios de San Pelagio y de la Asunción. Al año siguiente, se desplazó a Granada a donde fue llamado para ayudar al arzobispo Gaspar de Ávalos en la fundación de la universidad. En esa ciudad tuvo lugar la conversión de San Juan de Dios, quien después de haber escuchado la predicación del San Juan de Ávila decidió dedicar su vida a los pobres, enfermos y menesterosos. El grupo sacerdotal de San Juan de Ávila se formó en Granada hacia el año 1537. Los sacerdotes, que se dedicaban a la predicación, vivían en comunidad, bajo la obediencia del santo, quien les aconsejaba fortalecer su vida interior: recibir frecuentemente la confesión y comunión, hacer dos horas de oración de mañana y tarde, y estudiar el Nuevo Testamento. Luego San Juan acudió a Baeza (Jaén) en 1539, donde ayudó en la fundación de la Universidad.

Murió el 10 de mayo de 1569. Santa Teresa, al enterarse de la muerte de Juan de Ávila, se puso a llorar. Cuando le preguntaron por qué lloraba, respondió: “Lloro porque la Iglesia de Dios pierde a una gran columna”. Fue beatificado el 4 de abril de 1894 por el papa León XIII. Pío XII lo declaró Patrono del clero secular español el 2 de julio de 1946, y el papa Pablo VI lo canonizó el 31 de mayo de 1970. El 7 de octubre de 2012 su nombre fue agregado a la lista de Doctores de la Iglesia por el Papa Benedicto XVI.

         Mensaje de santidad.

Uno de los principales mensajes de santidad de San Juan de Ávila es su gran amor a la Eucaristía: estando ya seriamente enfermo, quiso ir a celebrar misa a una ermita, pero por el camino se sintió imposibilitado. Entonces, el Señor se le apareció, en figura de peregrino, y le animó a llegar hasta la meta. En una de las últimas ocasiones en que celebró la misa le habló el crucifijo: “Perdonados te son tus pecados”. En nuestros días, la mayoría de los cristianos obra, en relación a la Eucaristía, penosamente de forma contraria a San Juan de Ávila: si el santo, estando al límite de sus fuerzas, hizo un esfuerzo sobrehumano para llegar al lugar donde debía celebrar el Santo Sacrificio del Altar, hoy los cristianos, estando en la plenitud de sus fuerzas, en vez de acudir con fervor, piedad y amor a postrarse ante Jesús Eucaristía, prefieren las distracciones mundanas, eligen los placeres sensibles, se aferran a los atractivos del mundo, atractivos que detrás de su falsa alegría, esconden la sombría realidad del reino de las tinieblas. Al recordarlo en su día, le pidamos a San Juan de Ávila que interceda para que, al igual que sucedió con él, crezca en nosotros cada vez más, con mayor intensidad, el amor a Jesús Eucaristía, única razón de vivir, única razón de existir, única razón de ser.

 

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