San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

jueves, 29 de julio de 2021

Santa Marta

 



         En el Evangelio se relata que Jesús acude a la casa de los hermanos Marta, María y Lázaro, de quienes era muy amigo. Ahora bien, ante la Presencia de Jesús, las reacciones de las dos hermanas, Marta y María, son muy distintas: mientras Marta se dedica a preparar el almuerzo y a disponer las cosas para atender a Jesús y a sus discípulos, María en cambio se postra ante los pies de Jesús para contemplarlo en silenciosa adoración. Es esto lo que motiva la queja de Marta: “Señor, ¿no te importa que mi hermana no me ayude en los preparativos?”. Jesús, lejos de darle la razón a Marta, apoya la actitud de María: “Marta, Marta, te ocupas de muchas cosas, pero una sola es necesaria; María ha elegido la mejor parte y no le será quitada”.

         En esta escena del Evangelio y en las diferentes actitudes de las hermanas ante Jesús, podemos ver a dos personas distintas, con distintos estados de vida dentro de la Iglesia, o bien a una misma persona en dos momentos. En la primera hermana, María, estaría representando a los religiosos que se dedican a la vida contemplativa, es decir, son aquellos cuya ocupación central es la contemplación, la oración y la adoración; en la segunda hermana, Marta, estaría representando a los religiosos que se dedican a la vida apostólica, es decir, a aquellos que sí, por supuesto, hacen oración, pero que también se dedican al apostolado activo, en medio del mundo.

         Otra interpretación es que las dos hermanas representan a una misma persona en dos momentos distintos: María, representaría al alma cuando el alma reza, contempla, adora, mientras que Marta sería la misma persona cuando, después de rezar, se dedica a las actividades propia de su estado, viviendo en el mundo, pero sin ser del mundo.

         Entonces, María representaría la contemplación y la adoración de Jesús Eucaristía, mientras que Marta representaría la actividad apostólica, las obras de misericordia, dirigida al prójimo, que en nombre de Cristo lleva a cabo la Iglesia. ¿Cuál de los dos estados o actividades es la mejor? Según el mismo Jesucristo, la actividad contemplativa, de adoración, es mejor que la actividad apostólica. Por último, el llevar una vida contemplativa o apostólica depende de la gracia particular que cada uno de nosotros recibe de parte de Dios. Se trate de una u otra llamada, contemplativa o apostólica, siempre el centro debe ser Cristo Dios y llevarla a cabo, con todo el amor posible, es nuestra tarea en esta vida.

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