San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 28 de octubre de 2020

Santos Judas Tadeo y Simón, Apóstoles


 


Vida de santidad[1].

A causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, San Judas Tadeo es uno de los santos más populares dentro de la Iglesia Católica. Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo. A San Simón y San Judas Tadeo se les celebra la fiesta en un mismo día porque según una antigua tradición los dos iban siempre juntos  todas partes a predicar la Palabra de Dios. Ambos fueron llamados por Jesús para formar parte del grupo de sus Doce elegidos, llamados “Apóstoles”. Ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego el día de Pentecostés y presenciaron los milagros de Jesús en Galilea y Judea y oyeron sus sermones; fueron testigos de sus apariciones como resucitado e incluso hablaron con Él después de su santa muerte en la Cruz, y fueron además testigos presenciales de Su ascensión al cielo.

Mensaje de santidad.

A Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que entregó a Jesús. San Judas Tadeo escribió una de las Cartas del Nuevo Testamento. En la misma, ataca a los gnósticos y dice que los que tienen fe pero no hacen buenas obras son como nubes que no tienen agua, árboles sin fruto, y olas con sólo espumas, y que los que se dedican a los pecados de impureza y a hacer actos contrarios a la naturaleza, sufrirán la pena del fuego eterno. Entonces, San Judas se caracteriza por luchar contra el gnosticismo, que es una herejía según la cual el hombre no necesita de la gracia de Dios para salvarse, sino simplemente adquirir unos conocimientos reservados a los iniciados; también defendió la pureza del alma y del cuerpo, indispensables para entrar en el Reino de los cielos, porque sólo así el alma se configura a Cristo Dios, que es la Pureza Increada.

La antigua tradición cuenta que a San Simón lo mataron aserrándolo por medio y a San Judas Tadeo, cortándole la cabeza de un hachazo, por eso es que a San Judas se lo retrata muchas veces con un hacha en la mano.  

Al recordar a los Santos Apóstoles Simón y Judas Tadeo, les pidamos que intercedan por nosotros para que siempre vivamos en gracia y obremos la misericordia y para que nunca caigamos en el error soberbio de pensar que no necesitamos a Cristo Jesús y su gracia en nuestras vidas.

        

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