San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

sábado, 15 de octubre de 2022

Santa Teresa de Ávila y Jesús, el Amigo Fiel

 



         En la Sagrada Escritura se dice que “quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro”. Y también en la Sagrada Escritura, se nos dice quién es ese tesoro que podemos encontrar: ese tesoro es Jesús, porque Él nos ofrece su amistad. En la Última Cena, Jesús nos dice: “Ya no os llamo siervos, sino amigos”. Santa Teresa de Ávila, habiendo leído la Sagrada Escritura, aceptó el amor de amistad que le ofrecía Jesús y así tuvo a Jesús por su Amigo Fiel, el Amigo que nunca abandona. Ella dice así: “Con tan buen amigo presente -nuestro Señor Jesucristo-, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero[1].

         Dice Santa Teresa de Ávila que Jesús es “Amigo verdadero”, que “nunca falla” y que nos “ayuda y nos da fuerzas” y que con Él “todo se puede sufrir”.

         También nos dice la Santa que no debemos buscar otro camino que no sea Jesús; que Él es la única puerta por la que debemos entrar -al Reino de los cielos- y que a través de Él obtendremos todos los bienes espirituales que necesitamos para salvar el alma[2].

         También dice la Santa que es bienaventurado, es decir, feliz, dichoso, quien encuentra la amistad de Jesús, quien acepta la amistad que Jesús le ofrece y pone todo de su parte para permanecer en la amistad de Cristo, que a nosotros se nos ofrece sobre todo por la fe, por el amor y por los sacramentos, la Confesión y la Sagrada Eucaristía y que los grandes santos de la Iglesia han tenido siempre por Amigo Fiel a Nuestro Señor Jesucristo.

         Por último, la Santa dice que, así como Cristo obró en nosotros nuestra salvación por amor y solo por amor, a ese amor de Cristo le debemos corresponder con el amor, como dice el dicho: “Amor, con amor se paga”. Y así, con el Amor de Cristo Eucaristía en el corazón, todo será fácil, aun las tribulaciones y las cruces, porque Él las sufrirá por nosotros.

         “Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro”, dice la Escritura. Nuestro tesoro es Cristo Eucaristía y ahí nos ofrece Jesús su Amor de amistad. Recibamos a Jesús en la Eucaristía, con un corazón purificado por el Sacramento de la Confesión y Jesús será nuestro Amigo Fiel, nuestro tesoro más valioso, para toda la vida.



[1] Libro de su vida, cap. 22, 6-7. 12. 14.

[2] Cfr. ibidem.

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