En
la Segunda Revelación del Sagrado Corazón, llevada a cabo el día 2 de julio de
1674, Fiesta de la Visitación, Jesús le reveló a Santa Margarita María Alacoque
uno de los principales objetivos de la devoción al Sagrado Corazón, que es apartar
a los hombres del camino a la condenación eterna en el Infierno al cual quiere
llevarlos Satanás, para que los hombres, por medio del Sagrado Corazón, salven
sus almas y lleguen al Cielo[1].
La
Santa describe así la Segunda Aparición: “El Divino Corazón me fue presentado
en un trono de llamas, más resplandeciente que un sol, transparente como el
cristal, con esta adorable herida. Y estaba rodeado con una corona de espinas,
que significa las heridas provocadas en su Corazón por nuestros pecados, y una
cruz arriba que significa que (estos dolores estuvieron presentes en Él) desde
el primer instante de Su Encarnación”. Aquí el Sagrado Corazón le explica a
Santa Margarita el significado de los elementos de su Sagrado Corazón: la
transparencia es la gracia santificante, la corona de espinas son nuestros
pecados, la cruz significa que para alcanzar al Sagrado Corazón debemos subir a
la Cruz de Jesús.
Pero
luego continúa la santa: “Mi Divino Maestro me reveló que era Su ardiente deseo
de ser conocido, amado y honrado por los hombres, y Su ansioso deseo de
apartarlos del camino de la perdición, por el cual Satanás los está conduciendo
en innumerables números, lo que lo indujo manifestar Su Corazón a los hombres
con todos los tesoros de amor, misericordia, gracia, santificación y salvación
que Él cntiene”. El Sagrado Corazón quiere darse a conocer a los hombres para
que los hombres lo amen y lo adoren, por un lado, porque ése es el objetivo del
hombre en la tierra, conocer, amar y servir a Dios y así salvar su alma, como
dice San Ignacio, pero además, el otro objetivo del Sagrado Corazón, es “apartar
a los hombres del camino de perdición por el cual Satanás” los está conduciendo
“en gran número”. Es decir, la devoción al Sagrado Corazón, al llevarnos por el
Camino de la Cruz, que conduce al Cielo, nos previene de ser conducidos por el
camino de Satanás, ancho y en pendiente, que conduce a la eterna perdición. Este
camino se puede ver que se presenta hoy, sobre todo en los medios de
comunicación, aunque también dentro de la misma iglesia, bajo diferentes formas:
el aborto, la eutanasia, la ideología de género, el feminismo ateo y abortista,
la ideología homosexualista, conocida como “ideología LGBT”, y dentro de la Iglesia,
el camino de Satanás es presentado por los católicos apóstatas que niegan el
pecado y niegan la eterna condenación en el Infierno, aduciendo falsamente que
Dios, en su infinita misericordia, no puede condenar a nadie eternamente en el
Infierno, con lo cual contradicen directamente las palabras de Nuestro Señor
Jesucristo.
La
devoción al Sagrado Corazón, que está vivo, latiendo, glorioso y resucitado en
la Eucaristía, nos previene entonces de caer en el lago del fuego, el Infierno
eterno, además de conducirnos al Reino de los cielos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario