San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

viernes, 3 de agosto de 2018

El simbolismo del Sagrado Corazón de Jesús



         
         Jesús se le apareció a Santa Margarita María de Alacquoque con su Sagrado Corazón transparente como un cristal, con la cruz en la base, con una corona de espinas rodeándolo, con el costado traspasado y manando sangre y envuelto en llamas de fuego. ¿Qué significado tiene todo esto?
         El corazón transparente como un cristal significa la santidad de Dios, santidad en la cual no cabe ni la más pequeñísima mancha de pecado: puesto que Jesús es la Gracia Increada y Fuente de toda gracia creada, su Sagrado Corazón es la Santidad Increada y la Fuente de toda gracia creada y ésa es la razón por la cual Jesús promete tantas gracias[1] para quienes confiesen y comulguen devotamente los Nueve Primeros Viernes de mes.
La cruz en la base del Corazón de Jesús: la Cruz es el Árbol de la Vida y el Fruto exquisito de este Árbol es el Sagrado Corazón. Quiere decir que quien desee alcanzar el fruto exquisito del Corazón de Jesús para saborear la dulzura del Amor Divino, debe subirse al Árbol de la Cruz, de la misma manera a como alguien, viendo un fruto exquisito en un árbol terreno, debe subirse a él para alcanzarlo y comer de él. Vale la pena aclarar que es la Santa Cruz el único Árbol de la Vida para el cristiano, porque de Jesucristo obtenemos la Vida eterna; el cristiano debe abstenerse de creer en cualquier otro árbol de la vida, como por ejemplo, el árbol de la vida gnóstico, que tiene forma de árbol, pero que constituye en realidad un amuleto mágico. Ambos árboles son excluyentes entre sí, de manera que el que cree en el Árbol de la Vida que es la Cruz, no puede creer en el árbol de la vida del gnosticismo, y viceversa.
Las llamas de fuego que envuelven al Sagrado Corazón: significan el Fuego del Divino Amor, el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad. Cabe señalar que el Espíritu Santo está en el Corazón de Jesús no de forma añadida exteriormente, como si Jesús fuera un hombre a quien Dios ama de modo especial y le da el Espíritu Santo: el Espíritu Santo está en el Corazón de Jesús porque es Jesús quien, junto al Padre, lo espira, de manera que el Espíritu Santo inhabita en el Corazón de Jesús como algo que le pertenece por derecho y por naturaleza a Jesús. Es decir, Jesús espira el Espíritu Santo junto al Padre y ésa es la razón por la cual el Espíritu Santo inhabita en el Corazón de Jesús, no como don externo sino como Persona Tercera de la Trinidad que proviene del mismo Jesús y del Padre.
La corona de espinas que aprieta y rodea al Corazón de Jesús: la corona de espinas son nuestros pecados, veniales o mortales, del orden que sea, que si al alma pecadora le producen placer de concupiscencia, en Jesús se materializan en las espinas de la corona. De esta manera el pecador debe considerar que, con su pecado, lastima al Corazón de Jesús, ya que las espinas se introducen en el Corazón en la fase de dilatación, mientras que se desprenden de Él, desgarrándolo, en la fase de contracción del corazón.
El costado traspasado y la Sangre: significan el don del Espíritu Santo y el perdón misericordioso de Dios al hombre que, aun cometiendo deicidio, no es castigado por Dios, sino que Dios, teniendo su Corazón traspasado, dona de lo más profundo que hay en su Ser divino trinitario, el Amor Misericordioso de su Corazón de Dios. Jesús no se contenta con darnos un poco de su amor, sino que se nos da todo Él, además de darnos el Amor de Dios, porque en la Sangre está contenido el Don de dones, el Espíritu Santo.
Todos estos dones están contenidos en uno solo: la Eucaristía, porque en la Eucaristía late el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.



[1] Cfr. Las Doce Promesas del Sagrado Corazón: Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida; Les daré paz a sus familias; Las consolaré en todas sus penas; Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte; Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas; Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia; Las almas tibias se volverán fervorosas; Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección; Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada; Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos; Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción; Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

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