Los dolores de San José son una
participación a los dolores de la Cruz de su Hijo adoptivo Jesús; los gozos,
son los gozos celestiales, y a todos los encontramos en la Sagrada Escritura.
En preparación a su fiesta, el 19 de marzo, ofrecemos estas meditaciones,
inspiradas en las ilustraciones del Santuario de Torreciudad. San Josemaría de
Escrivá de Balaguer, entre otros santos, tenía gran devoción a San José.
Séptimo
Dolor y Séptimo Gozo de San José
El
Séptimo Dolor de San José se origina cuando, al regresar desde Jerusalén, y
luego de una marcha de tres días, creyendo cada uno que el Niño está con el
otro, José y María se dan cuenta de que han perdido a Jesús. Con gran pesar, al
darse cuenta de que el Niño no está con ellos, la Virgen y San José comienzan a
buscarlo “entre parientes y conocidos” en la caravana; al no encontrarlo,
regresan a Jerusalén para continuar su búsqueda: “Le estuvieron buscando entre
los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca”
(Lc 2, 44-45). El Séptimo Dolor de
San José se origina al perder de vista a Jesús; se confía en que Jesús, de
algún modo y en algún lugar, está, y al cabo de un tiempo, cuando quiere
tenerlo cerca suyo, se da cuenta de que lo ha extraviado. Muchas veces nos
sucede lo mismo que a San José: perdemos de vista a Jesús. Lo extraviamos en el
horizonte de nuestras vidas, y no sabemos dónde está; vamos en una dirección
opuesta adonde se encuentra Jesús. Caminamos en un sentido contrario adonde se
encuentra Jesús. San José iba en una dirección, pensando que en esa dirección
estaba Jesús, pero Jesús estaba en la dirección opuesta.
El
Séptimo Gozo de San José se produce cuando encuentra a Jesús en el templo, al
cabo de tres días de búsqueda, en medio de los doctores de la ley: “Al cabo de
tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándoles y haciéndoles preguntas” (Lc
2,46). Al igual que San José, que encuentra a Jesús haciéndoles preguntas dando
respuestas a los doctores de la ley, también nosotros tenemos que saber que
hemos de encontrar a Jesús en el templo, en el tabernáculo, en el sagrario, y
allí nos dará las respuestas a todas las preguntas que le hagamos, la primera
de todas, el sentido de esta existencia y de esta vida terrena, que es la de
seguirlo por el camino de la cruz, para ganar la vida eterna. Y así como San
José lo encontró en el templo “haciéndoles preguntas” a los doctores de la ley,
así también a nosotros, cuando lo encontremos a Jesús en el templo, en el
sagrario, desde la Eucaristía, Jesús nos hará una pregunta: “¿Me amas?”.
Oración
para el Séptimo Dolor y Séptimo Gozo de San José
Oh amado San José modelo de toda
santidad: por el dolor que sufriste al pensar que habías perdido al Niño durante
tres días, y por el gozo y la alegría que experimentaste al encontrarlo en el
templo entre los doctores; te suplico me alcances dolor cada vez que por mi
culpa pierda a Cristo, y el gozo de encontrarlo en el sagrario, y de no
perderlo nunca, para vivir siempre en gracia y morir felizmente, bajo su
patrocinio, en los brazos de Jesús y María, para cantar eternamente sus
misericordias. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el
principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
-Ruega por nosotros padre nuestro San
José
-Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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