San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Santos Cornelio, Papa, y Cipriano, obispo, mártires.

 

Vida de santidad[1]. Cornelio fue ordenado obispo de la Iglesia de Roma el año 251; se opuso al cisma de los novacianos y, con la ayuda de Cipriano, pudo reafirmar su autoridad. Fue desterrado por el emperador Galo, y murió en Civitavecchia el año 253. Su Cuerpo fue trasladado a Roma y sepultado en el cementerio de Calixto.

Cipriano nació en Cartago hacia el año 210, de familia pagana. Se convirtió a la fe, fue ordenado presbítero y, el año 249, fue elegido obispo de su ciudad. En tiempos muy difíciles gobernó sabiamente su Iglesia con sus obras y sus escritos. En la persecución de Valeriano, primero fue desterrado y más tarde sufrió el martirio, el día 14 de septiembre del año 258.

Mensaje de santidad.

Los santos Cipriano y Cornelio se opusieron a Novaciano, un sacerdote católico que se hizo nombrar ilegítimamente Papa y que cayó en la herejía, al negar el Sacramento de la Penitencia a aquellos que habían apostatado de la fe; de esta manera, Novaciano provocó un grave cisma dentro de la Iglesia. Una admirable respuesta dirigida por Cornelio a San Dionisio de Alejandría ha sido conservada (Eusebio, VI, XLV): “Dionisio a su hermano Novaciano, saludos. Si fue contra tu voluntad, como dices, que fuiste inducido, puedes probarlo retirándote de tu libre voluntad. Porque mejor hubieras sufrido cualquier cosa antes que dividir la Iglesia de Dios y ser martirizado antes que causar un cisma; hubiese sido más glorioso sufrir el martirio antes que cometer idolatría, ni en mi opinión hubiese sido un acto aún mayor; porque en el primer caso uno es un mártir por su propia alma solamente, en el otro caso por la Iglesia completa”.

Novaciano fue llamado herético, no sólo por Cipriano sino a través de toda la Iglesia, por sus severas opiniones respecto a la reinstalación de los que habían sido débiles (lapsi) en la persecución. Él afirmaba que la idolatría era un pecado imperdonable, y que la Iglesia no tenía derecho a restaurar a la comunión a cualquiera que hubiese caído en ella. Ellos debían arrepentirse y ser admitidos a la penitencia de por vida, pero su perdón debía ser dejado a Dios; no se podía pronunciar en este mundo. Tales duros sentimientos no eran completamente una novedad. En varios lugares y en varios tiempos se aprobaron leyes que castigaban ciertos pecados ya sea con el aplazamiento de la comunión hasta la hora de la muerte, o incluso con el rechazo de la comunión a la hora de la muerte. Aun San Cipriano aprobó este último recurso en el caso de los que se negaban a hacer penitencia y sólo se arrepentían en el lecho de muerte; pero esto era porque tal arrepentimiento parecía de dudosa sinceridad. Pero la severidad en sí misma era sólo crueldad e injusticia; no había herejía hasta que se negara que la Iglesia tenía el poder de conceder la absolución en ciertos casos. Esta fue la herejía de Novaciano, el negar que la Iglesia tenía el poder de perdonar los pecados: la valentía de los Santos Cornelio y Cipriano fue la de oponerse, con todas sus fuerzas, a esta herejía[2].

El mensaje de santidad que nos dejan los santos Cornelio y Cipriano es que no hay pecado que la Iglesia no pueda perdonar en este mundo, con tal de que el alma esté arrepentida y este poder de la Iglesia le viene conferido por el mismo Cristo, al hacerla partícipe, por medio de sus sacerdotes ministeriales, del perdón divino: “Recibid el poder de perdonar los pecados”. Quien diga que la Iglesia no puede perdonar los pecados, cae en el error y la herejía como lo hizo Novaciano.



[2] https://ec.aciprensa.com/wiki/Novaciano_y_Novacianismo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario