San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

miércoles, 24 de junio de 2020

Santo Tomás, Apóstol


Quién era el Apóstol Tomás? - La Croix en español

          Vida de santidad[1].

          La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio. De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios. El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalén, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán; según San Juan (Jn 11, 16) “Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él”, con lo cual aquí el apóstol demuestra su admirable valor. La segunda intervención de Tomás se produce en la Última Cena, cuando Jesús les dice a los apóstoles: “A donde Yo voy, ya sabéis el camino”. Y Tomás le respondió: “Señor: no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” (Jn 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz; con su pregunta, Tomás expresa a Jesús su incapacidad para entender el misterio de la Cruz. El tercer hecho en el que interviene Tomás -y el más recordado- se relaciona con su incredulidad acerca de Jesús resucitado, seguida luego de su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso.

          Mensaje de santidad.

El mensaje de santidad de Santo Tomás Apóstol está relacionado con su fe: antes del encuentro con Jesús resucitado, su fe en Jesús y en su promesa de resurrección es tan débil, que se muestra incrédulo ante el testimonio de los demás discípulos acerca de que han visto a Jesús resucitado y a tal punto, que declara que tiene que tocar sus llagas y poner la mano en su costado traspasado: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré” (cfr. Jn 20, 24-29). Como todos sabemos, por el Evangelio, Jesús se vuelve a aparecer a los ocho días y llama a Tomás, diciéndole que toque las heridas de sus manos y que meta su mano en el Costado traspasado; luego, le dice que “en adelante, no sea un hombre incrédulo, sino un hombre de fe”, porque los dichosos son los que “creen sin ver”: “Felices los que creen sin haber visto”. Podemos decir que la incredulidad de Tomás se repite en nuestros días, por centenares de miles: una inmensa mayoría de católicos, que se dejan arrastrar por el materialismo y el relativismo, se convierten en católicos puramente nominales, puesto que no creen en Jesús resucitado porque, como Tomás, “no lo ven” con los ojos del cuerpo. Así, estos católicos se construyen una religión a su medida, en la que no creen si no ven y, puesto que no vemos a Dios sensiblemente, no  creen en Dios, ni en Jesús resucitado en la Eucaristía, ni en las enseñanzas de la Iglesia, convirtiéndose de hecho en ateos prácticos, que son católicos solo en la teoría, solo nominalmente. Estos olvidan las palabras de Jesús a Tomás: “No seas incrédulo, sino hombre de fe; dichosos los que creen sin ver”. El “hombre de fe” es el que cree en Dios y en Jesús resucitado -y por lo tanto en su Presencia gloriosa en la Eucaristía- no porque vea estos misterios con los ojos corporales, sino porque los ve de otra manera, los ve con los ojos de la fe iluminados por la luz de la gracia. No seamos incrédulos como Tomás el Apóstol y creamos, aunque no lo veamos sensiblemente, en el grandioso misterio de Jesús resucitado y Presente, vivo y glorioso, en la Eucaristía.


[1] Cfr. https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Tom%C3%A1s_ap%C3%B3stol_7_3.htm

No hay comentarios.:

Publicar un comentario