San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

lunes, 24 de abril de 2023

San Marcos Evangelista

 



         Vida de santidad[1].

         La Iglesia celebra la Fiesta de San Marcos, Apóstol y Evangelista, el 25 de abril. Fue uno de los cuatro escritores de los Evangelios, quienes nos brindan un relato claro de la vida y enseñanza de Jesucristo. Conocemos a San Marcos, por lo tanto, principalmente a través de su autoría del segundo Evangelio, el Evangelio según San Marcos. De otra parte, de las Escrituras, también se sabe que acompañó a Pablo y Bernabé en sus viajes. Y por la Tradición, se sabe que fue el secretario de San Pedro y el fundador de la Iglesia en Alejandría, Egipto.

         Mensaje de santidad.

La proclamación del Evangelio (o kerygma apostólico) se presenta clásicamente en el discurso de Pentecostés de San Pedro (especialmente Hech 2, 36-38). Siendo San Marcos el "secretario" de San Pedro, no sorprende, por tanto, que San Marcos comience su propio relato con el llamado al arrepentimiento de Juan el Bautista (Mc 1, 4) mediante esta proclamación: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios ha llegado. Arrepentíos y creed en el evangelio”. (Mc 1, 4, 14-15). El “arrepentirse y creer en el Evangelio”, sería, entonces, el corazón del propio mensaje del Señor y sería también lo que los apóstoles debían predicar cuando fueran enviados (Mc 6,12). Este arrepentimiento y conversión del corazón consistiría en la fidelidad a Dios, la cual no debía caracterizarse simplemente por una fidelidad externa a la ley, aunque la justicia lo requiera, sino principalmente por un cambio interior del corazón y la mente a los caminos de Dios. Este Camino es una Persona, cuyo ejemplo y enseñanza expresan un amor divino que realiza perfectamente la justicia (cfr. Mc 7, 18-23; Mc 12, 28-34); esa Persona es la Segunda de la Trinidad, encarnada en la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth. La conversión, que es un don concedido por la gracia, consiste entonces en San Marcos en despegar el corazón de las cosas bajas de la tierra, para dirigir el alma y el corazón a Nuestro Señor Jesucristo, que luego de resucitado está a la diestra del Padre en los cielos y aquí en la tierra, está en la Sagrada Eucaristía. El Evangelio de Marcos es uno de los principales justificativos que tiene la Iglesia Católica para evangelizar a las naciones paganas -un ejemplo maravilloso de esta evangelización es la Conquista y Evangelización de América por parte de España-, porque la Evangelización no es proclamar una cultura, sino el mensaje de una Persona, la Persona Segunda de la Trinidad, Jesús de Nazareth y esta proclamación del Evangelio, del mensaje de Jesucristo, no es una opción para la Iglesia Católica, sino un mandato divino, un mandato del mismo Señor Jesucristo: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios ha llegado. Arrepentíos y creed en el Evangelio".

 

        

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