San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

viernes, 18 de marzo de 2022

San José, esposo meramente legal de la Virgen y Madre de Dios

 



Cuando se habla de San José como esposo de la Virgen, hay que ser muy cautos y muy precisos en la terminología y en los conceptos, porque de lo contrario, se puede caer en graves errores que se convierten automáticamente en herejías y blasfemias. Hoy más que nunca, es necesario que el católico tenga bien presentes las verdades de fe y la condición de San José como esposo meramente legal de la Virgen es una verdad de fe, que se deriva a su vez del misterio salvífico de Jesús de Nazareth. Si esta verdad de fe se niega y se afirma lo contrario a la verdad, como lo hizo la monja blasfema Sor Lucía Caram, públicamente, en un programa televisivo en España[1] -vomitando sin pudor una gravísima mentira, al afirmar que San José y la Virgen eran un matrimonio “normal”, con toda la “normalidad” que eso implica, como el trato esponsal-, eso es profesar públicamente una herejía, además de atentar contra la Virgen, contra Dios Hijo, contra Dios Padre, contra Dios Espíritu Santo y contra el mismo San José. Por este motivo, es que en el día de San José, ofrecemos la Santa Misa en reparación por las blasfemias proferidas por la monja herética y blasfema, Sor Lucía Caram, de la Orden Dominicana, quien hasta el día de hoy no se ha retractado en lo más mínimo, a pesar de la gravedad de la ofensa.

Cuando se habla de la condición de San José como esposo de María Santísima, hay que tener en cuenta diversos aspectos de nuestra fe católica, porque de lo contrario, se cae en errores sumamente graves. En este caso, no da lo mismo decir que San José era solo el esposo legal de María Santísima, a afirmar que era un esposo en el sentido como se interpreta la palabra “esposo” entre los humanos. Si se dice que San José era solo el esposo legal, eso es acorde a la fe católica, porque así se proclama la castidad y santidad de San José –ser esposo legal quiere decir que el trato entre él y la Virgen no era el trato esponsal en el sentido humano de la palabra, sino que era un trato como de hermanos, es decir, un amor fraterno, de hermanos y NO un amor esponsal en el sentido humano-, al mismo tiempo que se reafirma la fe en María Santísima como Virgen y como Madre de Dios al mismo tiempo, es decir, María es Virgen porque jamás tuvo trato esponsal y es Madre de Dios porque dio a luz en el tiempo al Hijo Eterno del Padre, encarnado en la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth; afirmar y creer que San José era solo esposo legal de María Santísima, es afirmar la fe en la divinidad del Hijo de María, Jesús de Nazareth, porque si San José no tenía trato esponsal con la Virgen, entonces es verdad lo que el Ángel le dice a San José en sueños: “No temas en recibir a María, porque lo engendrado en Ella viene del Espíritu Santo”; afirmar que San José era solo esposo legal de María Santísima, es afirmar la fe en el Espíritu Santo como Esposo Místico de la Madre de Dios, porque es el Espíritu Santo, el Amor de Dios, el que fecunda el seno virginal de María, conduciendo a Dios Hijo al seno de María por un lado, al mismo tiempo que crea la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth en el útero de María Santísima.

El que niega que San José sea solo el esposo meramente legal de la Virgen, comete una cuádruple blasfemia: blasfema contra la Virgen, negando la virginidad de María y negando por lo tanto su condición de Madre de Dios; blasfema contra Dios Hijo, Jesús, porque eso equivaldría a decir que Jesús era hijo biológico de San José y no Hijo de Dios, Hijo del Eterno Padre, engendrado desde la eternidad en el seno del Padre; blasfema contra el Espíritu Santo, porque sería negar que hubiera sido el Espíritu Santo, esto es, el Amor de Dios, el que llevó al Hijo de Dios al seno virginal de María, creando en el instante de la concepción, la Humanidad Santísima de Jesús de Nazareth; negar que San José sea solo el esposo legal de María Virgen, es blasfemar contra el mismo Padre Adoptivo del Hijo de Dios, San José, porque sería afirmar que él es el padre biológico de Jesús, con lo cual se negaría la castidad de San José y la divinidad de Jesús de Nazareth, porque si Jesús es hijo biológico de San José, entonces es una persona humana y no una Persona divina, como lo enseña la Iglesia Católica.

En el día en el que honramos a nuestro Santo Patrono San José, queremos, por un lado, repudiar con todas nuestras fuerzas las blasfemias de Sor Lucía Caram y de cualquiera que se atreva a atentar contra la persona santa, casta y pura de San José; por otro lado, queremos rendir homenaje a quien en su vida terrena cumpliera a la perfección el encargo dado por Dios Padre, el de ser el Padre Adoptivo del Hijo de Dios encarnado, Jesús de Nazareth y esposo meramente legal de la Virgen y Madre de Dios, María Santísima.

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