San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

lunes, 18 de marzo de 2013

San José, padre adoptivo de Jesús



         San José es, de entre todos los santos, el que más se asemeja a Dios Padre, porque fue Dios Padre quien lo eligió, de entre una multitud, para que lo representara en la tierra, tomando a su cargo el cuidado paternal y amoroso de la Sagrada Familia.
         San José es el modelo de todo padre terreno, porque Dios Padre lo hace partícipe de su paternidad divina, y así San José engendra en el amor espiritual, y no en la carne, a Dios Hijo, así como Dios Padre engendró en la eternidad a Dios Hijo en su seno, por el Amor del Espíritu Santo. San José participa así de la paternidad divina en grado máximo y perfecto, para que pueda criar y educar a Dios Hijo en su vida terrena, para que Dios Hijo encarnado, en sus períodos de niño y joven no extrañara, en el destierro de esta vida, el Amor de Dios Padre con el que lo ama desde la eternidad, en los cielos infinitos.
         San José es modelo de Amor a Jesús, Dios Hijo encarnado, porque nadie como él ama al Hijo de Dios Padre, pero además de amarlo como a su Hijo adoptivo, lo contempla con asombro y estupor y lo adora, porque sabe que ese Niño y ese Joven al que cuida con tanto amor y esmero, es al mismo tiempo su Dios y Creador, su Redentor y Santificador, y así San José es modelo también de contemplación y de adoración a Cristo, en la Cruz y en la Eucaristía.
         San José es modelo de Amor en el Espíritu Santo a Jesús y a la Virgen, porque el amor con el que San José los ama, no es el solo amor suyo humano, sino ante todo, es el Amor del Padre y del Hijo, el Espíritu Santo. Así, quien desee amar a Jesús y a la Virgen con un Amor perfectísimo, puro, celestial, sobrenatural, no tiene otra cosa que hacer que imitar a San José.
         San José es modelo para todo hijo, porque es el Padre perfecto a quien todo hijo debe amar, porque encarna la paternidad humana en su máxima perfección, y en su figura paterna debe encontrar todo hijo el modelo de paternidad a la cual respetar y honrar, según manda el cuarto mandamiento. San José es modelo para todo hijo, porque él es a su vez el hijo perfecto de Dios Padre que cumple a la perfección su cometido y así es modelo de obediencia y de amor, para todo hijo que dese vivir el mandamiento que manda honrar a los padres, y es modelo para todo hijo que desee cumplir la Voluntad de Dios Padre en su vida.
         Finalmente, San José es también modelo para toda esposa, porque el Amor casto y puro con el que ama a María, amor del que está excluida toda concupiscencia y toda atracción carnal, que jamás la hubo entre María Virgen y San José, debe ser el tipo de amor con el que toda esposa debería ser amada en la tierra. Excluyendo la relación marital, que jamás la hubo entre María Virgen y San José, todas las esposas deberían recibir, de sus respectivos esposos, el amor modelo de pureza y castidad con el que San José amó a María Santísima.   
         

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