San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

viernes, 20 de agosto de 2021

Santa Mónica y su amor a las almas y al Cielo

 




         Santa Mónica es ejemplo de amor a las almas y también de amor al Cielo, a la vida eterna del Reino de los cielos.

         Es ejemplo de amor a las almas, porque durante treinta años no sólo rezó por la conversión de su hijo Agustín, sino también hacía sacrificios, penitencias, ayunos, llegando incluso a derramar abundantes lágrimas de dolor, pero no porque su hijo simplemente “no se portaba bien”, sino porque San Agustín no se convertía a Jesucristo y no se encontraba en un camino de santidad espiritual, ya que en su sincera búsqueda de la Verdad, iba de una secta a otra, hasta que por las oraciones de Santa Mónica, recibió la gracia de la conversión, conoció a Jesucristo y se convirtió en uno de los más grandes santos de la Iglesia Católica.

         Santa Mónica es también ejemplo de amor al Cielo, es decir, a la vida eterna en el Reino de los cielos, a la vida de la gloria de los hijos de Dios, que consiste en la contemplación gozosa, por toda la eternidad, de Dios Uno y Trino y del Cordero, que es la Lámpara de la Jerusalén celestial. Según ella misma le dijo a su hijo San Agustín, poco antes de morir, que ya no deseaba nada de esta tierra: lo único que deseaba era morir a la vida terrena para vivir en la eternidad, en el Reino de los cielos.

         Amor a las almas, rezar por ellas pidiendo por su conversión, despreciar esta vida terrena y desear vivir para siempre en la alegre contemplación de la Trinidad y del Cordero de Dios, en compañía de la Virgen, de los ángeles y de los santos, ése es el mensaje de santidad que nos deja Santa Mónica.

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