San
Expedito, antes de su conversión, era un soldado romano pagano; en un momento
de su vida, recibió la gracia de la conversión a Jesucristo, pero en el mismo
momento, se le apareció el Demonio bajo la figura de un cuervo para tentarlo
con la postergación de su conversión. Sin embargo el santo, aferrándose a la
Santa Cruz de Jesús, dijo: “¡Hoy! ¡Hoy me convertiré a Cristo y no mañana! ¡Hoy
voy a dejar mi vida de pagano para servir y adorar al Hombre-Dios Jesucristo!”.
Y así, levantando la Cruz en alto, derrotó al Demonio con la fuerza de la Santa
Cruz.
Ahora
bien, a nosotros el Demonio no se nos aparecerá como un cuervo negro, como
a San Expedito, pero sí se aparece,
disfrazado, de múltiples formas, por lo que debemos estar atentos para no caer
en sus engaños. Por ejemplo, el Demonio se presenta bajo el disfraz de la
ideología de género, que es en todo contraria a la Ley de Dios; el Demonio se presenta disfrazado de partidos
políticos, como por ejemplo, el Partido Comunista, que es intrínsecamente
diabólico y también bajo cualquier ideología izquierdista y populista; el
Demonio se nos presenta detrás de la ley genocida del aborto; el Demonio se nos
presenta bajo el disfraz de ideologías fanáticas anticristianas, como los
talibanes; el Demonio se nos presenta como sociedad filantrópica, como la
Masonería, el Rotary Club y el Club de Leones. Pero el Demonio también se
presenta, en nuestros días, no solo disfrazado bajo estas ideologías y estos
partidos políticos, sino que se nos presenta explícitamente, como Demonio, por
medio de las iglesias erigidas en su honor, como la secta Templo Satánico de
Estados Unidos o la Iglesia de Satanás en Colombia; también se presenta bajo la
forma de supersticiones paganas y neo-paganas, como el culto a la Pachamama, al
Gauchito Gil, a la Difunta Correa, a San La Muerte.
Es
aquí entonces en donde debemos contemplar a San Expedito e imitarlo, porque así
como él venció al Demonio con la fuerza de la Santa Cruz, así también nosotros
lo venceremos, en las diversas formas en las que se nos presenta, con la fuerza
de la Santa Cruz de Jesús.
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