Debido
a que el Escapulario de
Nuestra Señora del Carmen es un
sacramental, nos preguntamos: ¿qué es un sacramental?
Los sacramentales son signos
sagrados, y actos públicos de culto y santificación, muchas veces con materia y
forma, por medio de los cuales se reciben efectos espirituales por la
intercesión de la Iglesia (Cfr. CIC. no.1166).
Fueron instituidos por la Iglesia, a
diferencia de los sacramentos, que fueron instituidos por Cristo. Tienen
ciertas semejanzas con los sacramentos. Son signos de la oración de la Iglesia
y nos disponen para recibir la gracia.
Pueden ser “cosas” o “acciones”.
Ejemplos de símbolos materiales
sacramentales y que actúan ex opere operantis (obran en razón de la Iglesia):
El agua bendita, la más importante
Objetos religiosos benditos
(cruces, medallas, escapularios, rosarios, velas)
Ejemplos de “acciones”
sacramentales: la bendición, la señal de la Cruz, procesiones.
Cuando utilizamos o recibimos los
sacramentales, lo que estamos haciendo es acogernos a la misericordia de Dios y
poniéndonos bajo su protección. Debemos de tratarlos con mucho respeto y estar
conscientes de lo que significan, lo cual quiere decir que debo adecuar mi vida
y mi obrar a la Voluntad de Dios, que se expresa en los Mandamientos.
En
otras palabras, si uso un sacramental, estoy indicando que coloco mi vida bajo
la protección de la Divina Misericordia, pero no debo tentar a Dios, obrando el
pecado o poniéndome en ocasión de pecar, porque con Dios no se juega.
Usar
un sacramental significa evitar el pecado –mortal o venial deliberado-, aun a
costa de la vida –es lo que decimos en la confesión: “Antes querría haber
muerto que haberos ofendido”- y hacer el propósito de vivir en gracia de Dios.
¿Cómo
se originó el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen?
La Virgen se le apareció a San Simón Stock en el año 1251, con el
Escapulario en la mano, tal como lo conocemos en la actualidad, y le dijo: “El
que muera usando el Escapulario, no padeceré el fuego del Infierno. Y si
debiera ir al Purgatorio, yo lo iré a buscar allí al próximo sábado”.
De esto se deduce, entonces, que quien
muere con el Escapulario puesto, se salva del Infierno y tiene asegurada la
vida eterna.
¿Cuáles
son las promesas del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen?
La principal promesa es que el alma
que muera usando el Escapulario no se condenará en el Infierno.
Secundariamente, un Purgatorio corto –como máximo, seis
días-.
En todos los casos, ¡la vida eterna! ¡El Escapulario de
Nuestra Señora del Carmen es un maravilloso regalo del cielo!
¿Qué simboliza el Escapulario de
Nuestra Señora del Carmen? La
palabra escapulario viene del latín “scapulae” que significa “hombros”.
Originalmente era un hábito superpuesto que caía de los hombros y lo llevaban
los monjes durante su trabajo. Tiene el sentido de ser la cruz de cada día que,
como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Puesto que el
Escapulario original es de color y de tela marrón oscuros, similares al hábito
de Nuestra del Carmen, para los carmelitas pasó a significar su consagración
especial a la Virgen, el deseo de imitarla, y el hecho de estar protegidos
especialmente por su manto, y esto es lo que significa, actualmente, para todo
aquel que lo lleva puesto. El Escapulario simboliza entonces el hábito
Carmelita y significa que quien utiliza el Escapulario es admitido en la
familia de la Madre de Dios y en la Orden Carmelitana, por lo que participa de
los privilegios, gracias e indulgencias que los Sumos Pontífices han concedido
a la Orden del Carmen y se beneficia, además, de los méritos, de las
penitencias y de las oraciones que se hacen en todo el Carmelo.
¿Qué espiritualidad vive el que usa
el Escapulario?
Es una espiritualidad eminentemente mariana, porque se compromete a imitar a la
Virgen María en sus virtudes, para que su vida esté iluminada por la luz y el
amor de la Madre de Dios.
¿Cuál es el objetivo de utilizar el
Escapulario de Nuestra Señora del Carmen? El
objetivo es la unión con Cristo, por medio de la imitación delas virtudes de la
Virgen María.
¿Qué requisitos hay que cumplir
para utilizarlo? Implica
el firme propósito de vivir en gracia de Dios y de evitar el pecado (el mortal
y el venial deliberado), y el rezar, por lo menos, tres (3) Ave Marías, todos
los días, pidiendo la gracia de no caer en pecado mortal o venial deliberado.
“Toma este hábito, quien muera usando el Escapulario, no padecerá el fuego
del Infierno”
(La Santísima Virgen María a San Simón Stock, el 16 de julio de 1251)
Advertencias prácticas Una vez bendecido el primer
escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición para escapularios
posteriores. Los escapularios gastados, si han sido bendecidos no se deben
echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como signo de respeto.
Alerta
contra abusos:
El escapulario NO salva por si solo como si fuera algo mágico o de buena
suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons.
Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No
lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de
poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de
cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia
suplicante´ de la madre de la misericordia."
Los Papas y Santos han alertado muchas
veces acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos
salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte:
"aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son
devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la
muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al
pecado y viviendo para darle honor"
Vivir
en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado
de presunción ya
que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que
buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.
San Claude de la Colombiere advierte:
"Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te
respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu
escapulario".
La
Medalla Escapulario La
medalla-escapulario tiene en una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y
la imagen de la Bienaventurada Virgen María en su reverso. En 1910, el Papa Pío
X declaró que, una persona válidamente investida en su escapulario de tela
podía llevar la medalla-escapulario en su lugar, provisto que tuviera razones
legítimas para sustituir su escapulario de tela por la medalla- escapulario.
Esta concesión fue hecha a petición de los misioneros en los países del
trópico, donde los escapularios de tela se deterioran pronto. Ahora bien, el
Papa Pío X y su sucesor, el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de
que las personas continuaran llevando el escapulario de tela cuando fuera
posible, y que no sustituyeran el escapulario de tela por la medalla
escapulario sin que medie primero razón suficiente. La vanidad o el miedo a
profesar su fe en público no pueden ser razones que satisfagan a Nuestra
Señora. Personas de esta clase corren el riesgo de no recibir la promesa del
escapulario del Carmen.
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