Para todo padre de familia que desee la santidad, San José es
modelo de fe, de vida y sobre todo de santidad, porque vivió a la perfección las
virtudes cristianas en su vida terrena. Por eso, todo padre de familia debe
contemplar a San José como modelo ideal e insuperable de vida cristiana.
Ante todo, San José es modelo como hijo de Dios, aun siendo
él el Padre adoptivo de Jesús, porque este rol lo cumplió San José en
cumplimiento de la voluntad de Dios Padre. Es decir, así como todo padre de
familia es a su vez hijo, San José es modelo de cómo ser hijo, al cumplir con
amor y a la perfección el encargo dado por Dios Padre de ser el padre adoptivo
de Dios Hijo en la tierra.
San José es modelo como Padre de familia, porque amó a su
Esposa legal –nunca tuvo relación de tipo marital con la Virgen, sino que el
trato entre ellos era como el de hermanos, visto que la Virgen era la Madre de
Dios- y a su Hijo adoptivo, Jesús, con amor inigualable, prodigándose y
trabajando día y noche para que a la Sagrada Familia no le faltara el sustento.
En los días de tribulación, cuando por ejemplo su Hijo recién nacido estaba
amenazado de muerte, San José, obedeciendo a las órdenes del Ángel, tomó a su
Esposa y al Niño y los condujo, bajo su protección, hasta Egipto, siendo el
Protector de la Sagrada Familia en un tan largo y peligroso viaje. Pero en los
días de tranquilidad y de paz, que fueron muchos, San José también fue el
Protector de la Sagrada Familia, porque con su oficio de carpintero, proveyó de
todo lo necesario para que María y Jesús
tuvieran todo lo que les hacía falta.
San José es modelo como Esposo, porque si bien, como
dijimos, María fue su Esposa meramente legal y jamás hubo trato de tipo marital
entre ellos, sino un amor de hermanos, San José amó a la Esposa legal que Dios
le encomendó, la Virgen, y la amó y la trató con todo cuidado, con todo cariño,
con todo respeto, dando su vida para Ella y su Hijo y no teniendo a nadie más
en su corazón que no fuera a su Esposa legal.
San José es modelo de Padre, porque si bien Jesús no era su
hijo biológico, ya que Jesús es Hijo de Dios y su Padre es Dios Padre y la Concepción
y Encarnación de Jesús fueron obra del Espíritu Santo y no de un varón como él,
es modelo de Padre perfecto, porque si bien su Hijo adoptivo era Dios, San José
cuidó de Él desde el día de su nacimiento y desde entonces, no pasaba ningún
día sin que contemplase a su Hijo Dios, amándolo y adorándolo en el misterio de
ser, su propio hijo adoptivo, el Dios que lo había creado y que ahora se
encarnaba para salvarlo y santificarlo. Por eso, San José es modelo de oración
en la vida de trabajo y de adoración contemplativa para todo padre de familia,
porque así como San José amaba a su Hijo Dios mientras trabajaba y lo adoraba,
así todo padre de familia cristiano debe, en medio de sus ocupaciones diarias,
trabajar y contemplar a Jesús, rezando en imitación de San José y así también
todo padre de familia debe adorar a Jesús Eucaristía, así como San José adoraba
a su Hijo Jesús, Dios Encarnado.
A San José también se le deben encomendar todos los padres
difuntos, que en esta vida terrena recibieron el bautismo, la comunión y la
confirmación, porque él es el Patrono de la muerte buena y santa, ya que murió
entre los brazos de Jesús y María, según la Tradición, luego de enfermar
gravemente de neumonía al ir a cumplir un encargo de trabajo en un pueblo
vecino. Puesto que es el Patrono de la muerte buena y santa, a él se debe
acudir para que interceda por todos los padres terrenos difuntos, que en esta
vida fueron fieles de la Iglesia, para que por la misericordia de Dios gocen de
la visión beatífica.
Por último, en el día en el que se recuerda a los padres
terrenos, es necesario elevar la mirada del alma, sobre todo los padres, que
también son esposos e hijos a su vez, para que en San José contemplen el modelo
ideal de vida del varón puro y santo, en el que se encuentran todas las
virtudes necesarias para que todo padre de familia alcance la santidad en su
imitación.
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