San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

martes, 28 de diciembre de 2021

Fiesta de los Santos Inocentes

 



          La Iglesia celebra en este día la fiesta litúrgica llamada “de los Santos Inocentes”. La misma se originó en un hecho histórico, la matanza de niños menores de dos años de edad por orden del rey hebreo Herodes, quien en realidad quería matar al Niño Dios, a Dios hecho Niño sin dejar de ser Dios, nacido milagrosa y virginalmente en Belén. La razón de la orden de asesinato de los niños de parte de Herodes, es que el rey se había enterado del nacimiento de Jesús y sabía que Él era rey y por lo tanto, tenía temor de que el Niño de Belén le arrebatara su reinado y debido a que no sabía exactamente dónde ni quién era, para asegurarse de que iba a matarlo de alguna manera, es que ordena el asesinato, sin piedad, de todos los niños menores de dos años, que estuvieran en su reino.

          Los niños que fueron víctimas de la furia homicida de Herodes no sólo fueron víctimas, sino también mártires, porque fueron muertos por Cristo, porque en realidad, a quien querían matar es a Cristo, el Hijo de Dios. Porque fueron asesinados por el nombre de Cristo, es que estos niños, que aún no habían alcanzado el uso de razón, dieron testimonio de Cristo con sus vidas y por eso merecieron el honroso y glorioso título de “mártires”, con lo cual alcanzaron inmediatamente el Cielo. Es decir, se les privó injustamente de la vida terrena, pero por la Sangre de Cristo merecieron vivir para siempre en la alegría de la vida eterna, cantando alabanzas al Cordero para toda la eternidad. Los Santos Inocentes son mártires porque fueron asesinados por odio satánico contra Cristo Dios; es decir, no fueron asesinados solo por ser niños humanos, sino porque Dios se hizo imagen y semejanza del hombre en la Encarnación y nació como Niño humano, sin dejar de ser Dios. La intención última del asesinato de los niños por parte de Herodes era la de matar a Dios, si eso fuera posible, que había entrado en el mundo y en la historia como niño. Y así como en el Cielo fue el Demonio quien al rebelarse descargó su odio satánico contra la Trinidad, así en la tierra Herodes solo fue un instrumento humano, malvado, pero humano, en manos del Demonio, quien quería descargar su odio infernal contra Dios hecho Niño.

          Ahora bien, no debemos pensar que la matanza de los Santos Inocentes finalizó en la época del rey Herodes, porque el mismo odio satánico que se desencadenó a través de Herodes contra el Niño Dios, se sigue desencadenando en nuestros días, por medio de los nuevos herodes, los promotores del aborto y de la experimentación farmacológica con niños recién nacidos, como muestra del odio satánico contra Dios y su imagen, el ser humano.

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