San José es modelo de esposo,
padre e hijo. Es modelo para todo padre, por su extrema dedicación a su Hijo
Jesús. Si bien no era su hijo biológico, puesto que Jesús fue engendrado por el
Espíritu Santo en el seno virgen de María, y si bien ese Hijo suyo que él
adoptó, era Dios Hijo en Persona, dedicó a su Hijo Jesús toda su vida,
brindándole todos los cuidados posibles, protegiendo su vida de quienes
deseaban asesinarlo, como cuando tuvo que huir a Egipto por la persecución de
Herodes, y luego trabajando sin descanso con su oficio de carpintero, para
darle el sustento diario.
San José alimentó a su
propio Dios, dándole el pan de todos los días a Aquél que luego se donaría como
Pan de Vida eterna.
Como padre, San José también
le enseñó su oficio, el de carpintero, a Aquél que luego habría de subir al
Leño de la Cruz,
para salvar al mundo.
Por esto, San José, como
padre, vivía en un permanente estado de asombro y estupor: cuidaba, alimentaba
y educaba, acompañándolo en su crecimiento humano, a quien era su Creador y
Redentor, y este asombro y estupor lo hacían a su vez crecer cada vez más en su
amor de padre adoptivo, al contemplar el infinito Amor misericordioso de un
Dios que, libremente, lo había elegido para que fuera su padre adoptivo en su
vida terrena.
San José es también ejemplo
para todo esposo, porque si bien era el esposo legal de la Virgen María, su trato para con
Ella fue, en todo momento, sumamente casto y puro, puesto que ninguna pasión
humana y terrena podía mancillar el matrimonio virginal entre San José y María
Virgen.
Es modelo para todo esposo,
por su amor esponsal casto y puro para con María Virgen, y si bien entre los
santos esposos había únicamente un amor fraternal, un amor de hermanos, dedicó
todo su empeño a ser un esposo fiel y dedicado, ayudando a María Virgen en la
delicada y sublime tarea de educar al Niño Dios, preparándolo para su
sacrificio, ya adulto, en el altar de la Cruz.
San José es también modelo
para todo hijo, porque cumplió, santamente y a la perfección, como Padre Virgen
de Jesús, y como esposo casto de María Santísima, el encargo que le dio Dios
Padre, el cuidar de Dios Hijo en su paso por la tierra, mostrándose, de esta
manera, como hijo amoroso de Dios Padre, dispuesto a cumplir en todo su
voluntad, por amor.
Por todo esto, San José es
modelo y ejemplo para todo esposo, para todo padre, para todo hijo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario