En este
mundo moderno, en donde el papel del varón como padre y como creyente se ha
desvalorizado, hasta casi desaparecer, San José es ejemplo tanto de uno como de
otro, y el motivo es que la familia ha sido atacada en sus cimientos, al haber
aparecido y legitimado decenas de “modelos familiares alternativos” al clásico
de papá-varón, mamá-mujer, hijos del mismo matrimonio. Hoy se legitima
cualquier tipo de combinación, y a todo se le llama “familia”, y en estas
“familias” desnaturalizadas, inventadas por el hombre, es el varón el que más
pierde.
Para el
mundo de hoy, el varón ya no es el padre y el jefe de la familia, y tampoco su
cabeza, puesto que su lugar está reemplazado ya sea por la mujer o, en el caso
de homomonio, por otro hombre. El varón ha perdido el rol de ser, como esposo,
cabeza de la mujer, como consecuencia de la multiplicidad de “familias
alternativas”.
También
ha perdido su condición de ser quien, en la familia, diera ejemplo de fe, de
piedad, de amor a Dios, inculcando a sus hijos la fe, e incluso, hasta a su
misma esposa, construyendo con ella esa “iglesia doméstica” que es la familia
tradicional.
San José
es ejemplo tanto de padre-varón como de padre-creyente. De padre-varón, porque
si bien no es el padre biológico de Jesús, ya que es padre-virgen, sí es padre
nutricio, adoptivo, de Jesús, y si bien Jesús es por este motivo su hijo
adoptivo, es al mismo tiempo su Creador, su Dios, porque Jesús es Dios Hijo
encarnado. San José educa y cría con verdadero amor paterno a quien es su hijo
adoptivo, pero que es al mismo tiempo su Dios, y por eso es ejemplo tanto de
padre como de creyente. San José protege y cuida toda la niñez y la
adolescencia de su Hijo Jesús, enseñándole el oficio de carpintero, enseñándole
a trabajar la madera, preparándolo para su sacrificio, ya de adulto, en el
madero de la Cruz. San
José recibe, en la tierra, de parte de Dios Padre, el encargo de ser padre de
Jesús, y es Dios Padre en Persona quien le confía esta tarea, que no podía ser
confiada a cualquiera, y esto es debido a que San José es modelo para todo
padre.
También
es ejemplo de esposo, porque si bien era sólo legalmente esposo de María
Virgen, y con Ella sólo tuvo un trato fraterno, de hermanos, y jamás como de
verdaderos esposos, se comportó con María Virgen como un verdadero esposo,
cuidando de Ella y de su Hijo con todo su amor y poniendo a disposición de
ellos toda su vida, todos sus esfuerzos, para que tuvieran un lugar donde vivir
y pudieran alimentarse sin pasar hambre. San José es elegido por Dios Espíritu
Santo, Esposo de María Santísima, para que en la tierra cuidara a su Esposa,
María Virgen, y San José cumple este encargo a la perfección, por su castidad y
pureza, y esto no lo podía encargar el Espíritu Santo a cualquier hombre, por
lo que San José es ejemplo de todo esposo.
Finalmente,
San José es elegido por Dios Hijo, para que reemplace en la tierra a Dios
Padre, haciendo su mismo papel, y Dios Hijo confía en San José y no en
cualquier otro varón, debido a que San José es padre excelente porque fue a su
vez hijo excelente.
San José
es, por todo esto, ejemplo insuperable para todo padre y para todo esposo, y
para todo creyente, en estos tiempos tan confusos, en donde a lo bueno se le
llama malo y a lo malo bueno, y en donde el varón, padre y esposo, es
menospreciado.
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