San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia celestial
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale, Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén".

domingo, 31 de marzo de 2024

Solemnidad de San José

 



         San José es, luego de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María, el más grande santo de los santos de la Iglesia Católica. En San José se demuestran el poder, la omnipotencia y la sabiduría divina de la Santísima Trinidad, que colmó a San José con tantos dones y gracias, regalos y bendiciones del Cielo, que lo hizo merecedor de la eterna bienaventuranza en el Reino de Dios con los más altos grados de gloria divina, además de confiarle aquí en la tierra a los dos tesoros más preciados de la Santísima Trinidad: Jesús y María Santísima.

         Debido a su gran santidad y a la inmensidad de dones y gracias con los que fue colmado, San José fue el elegido por Dios Uno y Trino para custodiar, aquí en la tierra, a los dos tesoros más grandes que la Humanidad haya podido jamás imaginar, Nuestro Señor Jesucristo y la Madre de Dios.

         San José fue, para Nuestro Señor Jesucristo, un modelo insuperable de padre, aun no siendo él el padre biológico de Jesús -el Padre natural de Jesús es Dios Padre, de Quien procede Jesús desde la eternidad-, sino el padre adoptivo de Jesús. En efecto, Jesús era Dios Hijo encarnado y por lo tanto, no hubo acción alguna de varón en su concepción milagrosa y virginal, siendo sus cromosomas paternos creados en el momento mismo de la Encarnación.

         San José cumplió a la perfección el rol pedido por Dios Padre, esto es, que fuera el padre sustituto, en la tierra, de su Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad encarnada. Así, San José fue padre sustituto de Jesús, reemplazando a Dios Padre y participando de la Divina Paternidad, educando, criando, alimentando y proveyendo de todo lo necesario para su Hijo adoptivo Jesús. Lo recibió como a Dios Hijo, luego del anuncio del Ángel Gabriel en sueños; lo protegió con su vida, guiando a la Sagrada Familia de Nazareth a Egipto, para ponerlo a salvo de quienes querían matar a su Hijo; a su regreso a Nazareth, muerto ya Herodes, cuidó de su Hijo adoptivo, Quien era al mismo tiempo su Dios, el Dios que lo había creado, con un amor viril y paterno, hasta el día de su muerte.

         Por eso San José es Patrono de los padres de familia, de los padres varones, porque les enseña cómo cuidar a los hijos que Dios pone en la vida para ser educados. San José es modelo y Patrono de los Adoradores de Jesús Eucaristía, porque si bien él cuidaba de su Hijo Jesús, al mismo tiempo lo adoraba porque iluminado por el Espíritu Santo, veía en el Niño Jesús a Dios Hijo encarnado y lleno de asombro, al mismo tiempo que cuidaba de su Hijo, lo adoraba como a su Dios.

         San José es modelo ejemplar de esposo casto y providente, porque si bien estaba desposado con la Virgen María, este desposorio era meramente legal, ya que vivían como hermanos y jamás de los jamases hubo entre San José y María Santísima trato al estilo esponsal, porque la Virgen era y es, por toda la eternidad, Virgen, porque así lo dispuso la Santísima Trinidad y así lo exigía su condición de ser Virgen y Madre de Dios.

         San José vivió toda su vida solamente para dedicarse pura y exclusivamente a su Esposa legal, la Virgen y a su Hijo adoptivo, Jesús y por eso es modelo insuperable de santidad para todo esposo cristiano y para todo padre cristiano, que desee santificarse en la vida familiar.

         Por último, San José es Patrono del Buen Sueño, ya que todas las indicaciones de la Trinidad las recibió por medio del ángel que, por disposición divina, le daba las indicaciones en el sueño y por eso es a él a quien debemos encomendar nuestro descanso, para que aun en el sueño glorifiquemos a la Santísima Trinidad.

         También es Patrono de la Buena Muerte, porque según la Tradición, San José murió antes de que Jesús comenzara su predicación pública y murió entre los brazos de Jesús y María y no hay muerte más hermosa que la de morir acompañado por los Sagrados Corazones de Jesús y María.

         Por todos estos motivos y muchos más, la Santa Iglesia Católica se alegra al celebrar al Padre adoptivo de Jesús y Esposo meramente legal de María Santísima, San José y a él le encomienda todos sus hijos, para que por su intercesión todos se salven y, junto a San José y a la Virgen, adoren al Cordero en esta vida y por toda la eternidad.

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