Vida de
santidad[1].
Nace en Vladimir de Volhinia por el año 1580 de padres
ortodoxos; se convirtió a la fe católica e ingresó en la Orden de san Basilio. Ordenado
sacerdote en el rito bizantino en 1609. Ordenado obispo de Vitebsk 1617, meses
mas tarde, Arzobispo de Polotzk, Lituania. Trabajó infatigablemente por la
unidad de la Iglesia. Perseguido a muerte por sus enemigos, sufrió el martirio
el año 1623. Protomártir de la re-unificación de la cristiandad. Canonizado en
1867.
Mensaje
de santidad.
Para entender
el porqué de la muerte martirial de San Josafat, hay que entender que, en el
Este de Europa, en la época del santo, había un grupo de católicos apóstatas que
no querían la unidad de las iglesias locales con Roma, ni tampoco reconocían la
supremacía del Papa como Vicario de Cristo. San Josafat dio su vida para que
estas iglesias regresaran a la unidad con Roma y reconocieran en el Papa Romano
al Vicario de Cristo en la tierra.
En una oportunidad, rodeado por sus enemigos que
querían darle muerte, San Josafat dijo: “Sé que queréis matarme y que me
acecháis en todas partes: en las calles, en los puentes, en los caminos, en la
plaza central. Pero yo estoy entre vosotros como vuestro pastor y quiero que
sepáis que me consideraría muy feliz de dar la vida por vosotros. Estoy pronto
a morir por la sagrada unión, por la supremacía de San Pedro y del Romano
Pontífice”[2]. Esto
finalmente ocurrió, porque los enemigos del santo le dieron muerte al poco
tiempo, arrojando su cadáver al río.
En años posteriores y más cercanos a la modernidad, el
comunismo ruso, que invadió la totalidad de las naciones del Este, provocó también
que las iglesias ortodoxas se apartaran de la comunión con Roma, situación que
persiste en algunos lugares hasta el día de hoy, por lo que se hace necesario
que surjan nuevos santos que estén dispuestos a dar la vida en martirio si
fuera necesario, como San Josafat.
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