Santa Teresita del Niño
Jesús y su misión en la Iglesia
Luego de reflexionar acerca de su misión en la Iglesia, y
habiendo deseado en un primer momento ser enviada como misionera a tierras
lejanas, Santa Teresita dijo: “En el corazón de la Iglesia, yo seré el Amor”[1]. Esto,
que puede parecer una frase sentimentalista, es sin embargo una profunda
reflexión, que alcanza las más altas cumbres místicas. Analicemos la frase de
Santa Teresita.
“En el corazón de la Iglesia”: ¿Cuál es el “corazón de la
Iglesia”? El corazón de la Iglesia, Cuerpo Místico de Jesús, es la Eucaristía,
el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, así como su Sagrado Corazón es el
corazón de su Cuerpo real. El “corazón de la Iglesia” es el Sagrado Corazón
Eucarístico de Jesús, que late con el impulso del Espíritu Santo y arde en las
llamas del Divino Amor, y se dona a las almas en cada Santa Misa, renovación
incruenta del Santo Sacrificio del Calvario, así como se donó en el Santo Sacrificio
de la Cruz. Santa Teresita había descubierto que su misión en la Iglesia, era
una misión eucarística, porque su misión estaba en el corazón de la Iglesia,
que es la Eucaristía.
“Yo seré”: Santa Teresita dice: “En el corazón de la
Iglesia, “yo seré” el Amor”. Santa Teresita
no dice: “Siento que voy a ser el amor” y esto porque no se refiere a un
sentimiento pasajero, como un afecto sensible que pasa y se va; no es un deseo
veleidoso, inconstante, que aparece y desaparece. Santa Teresita Utiliza el
verbo “ser”, con lo cual está indicando el compromiso de toda su persona, de
todo lo que es, ontológicamente hablando, y de todo lo que tiene. Al utilizar
el verbo “ser”, está indicando que en la misión en el corazón de la Iglesia
está implicada ella misma con todo su ser metafísico, con todo su acto de ser,
es decir, toda ella, con lo que es y con lo que tiene; está implicada en la
totalidad de su persona y esto quiere decir que se dona a ese “corazón de la
Iglesia”, es decir, al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, a sí misma, con su
historia de vida, con su actualidad como religiosa y con su futuro como alma
bienaventurada. Al decir: “seré”, significa que se entrega toda a sí misma al
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, sin reservarse nada para sí. El “ser”
implica la donación total y absoluta de todo sí misma a Jesús Eucaristía,
Corazón de la Iglesia.
“El Amor”: Santa Teresita dice: “en el corazón de la
Iglesia, yo seré el Amor”. No está hablando de un amor meramente humano, de un
amor pasajero, de un amor que se deja llevar por las apariencias, como es el
amor humano. Está hablando del Amor de Dios; de Dios, que “es Amor” (cfr. 1 Jn 4, 8); está hablando del Amor que
envuelve con sus llamas y aparece como lenguas de fuego en el Sagrado Corazón
Eucarístico de Jesús. Santa Teresita quiere ser el Amor; no parecer ni sentir,
sino ser el Amor. ¿De qué manera? Uniéndose, en el Amor, a Jesús, que se le
dona todo a sí mismo en la Eucaristía, sin reservas, permitiendo que Jesús la
abrace con sus llamas de Amor, dejando que su alma se incendie en el Fuego del
Divino Amor, haciendo así realidad el sueño de Jesús: “He venido a traer fuego
a la tierra, ¡y cómo quisiera ya verlo ardiendo!” (Lc 12, 49).
“En
el corazón de la Iglesia, yo seré el Amor”. La misión de Santa Teresita es la
misión de todo cristiano; cumplir o no esa misión depende de la medida en que
cada uno desea fusionarse con el Amor de Dios que envuelve al Sagrado Corazón
Eucarístico de Jesús.
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